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En el Cesar existen dos zonas carboníferas, una que comprende La Jagua de Ibirico y la otra en La Loma, localizada en la parte central del departamento. EL HERALDO
Cesar

El carbón se traga la frontera agrícola del Cesar

Se han perdido 180.000 hectáreas de cultivos en los últimos 20 años, y la explotación del carbón alcanza las 25.000 hectáreas en menos de tres lustros.

Mientras el Cesar perdió en las últimas dos décadas, 180.000 hectáreas en cultivos de algodón, yuca, maíz y arroz, en menos de 15 años la explotación del carbón se ha extendido en unas 80.000 hectáreas y sigue avanzando con las concesiones otorgadas.

En siembras tradicionales como el algodón, que alcanzó a tener  120.000 hectáreas en la década de los setenta, en la última cosecha no pasó de 8.000. El arroz, que es otro de los principales renglones agrícolas del Cesar, tuvo 80.000 hectáreas en el 78, el año pasado solo se sembraron 22.000.

El presidente del Comité Agropecuario del Cesar, Dagoberto Poveda Borbón, dijo que toda la expansión carbonífera se ha hecho a costa de la frontera campesina, ocupando tierras donde antes se sembraban productos agrícolas y había ganadería. Sin dejar a un lado los fenómenos climáticos, los altos costos de insumos, créditos con altas tasas de interés, la falta de una política de riego y las importaciones, entre otros factores, que dieron al traste con el potencial agrícola del Departamento.

No obstante, el boom minero prácticamente se ha apoderado de territorios que antes eran despensas agrícolas de la zona. Caso palpable, el caserío Plan Bonito, en jurisdicción de El Paso, que con no más de 140 casas, pasó de ser un pueblo de gente próspera en agricultura, pesca y ganadería, con casas de patios extensos y hermosos paisajes, a una tierra rodeada por las montañas del carbón. Hoy reclaman su reubicación por los altos niveles de contaminación, lo mismo ocurre con El Hatillo y Boquerón, en el centro del Cesar.

Con la desaparición de las 180.000 hectáreas de cultivos, se han perdido unos 30.000 empleos en el campo, sostuvo Poveda. Contrariamente hoy las minas de carbón en el Cesar ocupan directa e indirectamente más de 25.000 personas.

El Cesar cuenta con reservas medidas de carbón de cerca de 2.000 millones de toneladas, en los yacimientos que son explotados por las multinacionales.

Delimitar las fronteras. El gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, le pidió al Gobierno Nacional invertir en el campo y delimitar las fronteras de la actividad minera, indicando que en los últimos seis años se ha triplicado la expedición de títulos para la explotación mineral en el país.

Dijo que “Colombia es un país de vocación agropecuaria que de no ser por el conflicto sería potencia económica en Latinoamérica. Cinco décadas de conflicto han dejado nuestros campos desolados, convirtiéndose la crisis campesina en una bomba social”.

Sostuvo que “necesitamos equiparar las cargas, delimitar las fronteras entre los dos sectores y evitar que se estrellen, deben ir por rieles diferentes”, dijo el mandatario recientemente en el marco de la Cumbre Nacional de Gobernadores.

Minería debe ser sostenible. El secretario de Minas del Cesar, Pedro Díaz Campo, sostuvo que la minería debe ser sostenible frente al medio ambiente y servir para apalancar al sector agropecuario.

De acuerdo con el Sistema de Información Minero de Colombia, el Departamento tiene 22.905 kilómetros cuadrados, de los cuales el 95% corresponde al área rural.

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