¡Ojo al raponeo!
Con esta inseguridad que vivimos, hay que estar pilas con los asaltantes, que siempre andan pendientes de raponearnos. No se puede dar papaya. Pero resulta que estamos expuestos no solo a los raponeros de la calle, sino también a los gubernamentales cachacos, por lo general mandos medios, que se las pelan por asaltar los proyectos costeños.
El Consejo Gremial de Bolívar, el Comité Intergremial del Atlántico, la Sociedad de Ingenieros y otros gremios regionales suenan las alarmas porque en Cachaquilandia nos están bailando el indio con la doble calzada a Cartagena, que la ANI, léase Agencia Nacional de Infraestructura, afirma que se debe hacer incompleta porque los números del “TPB” señalan que no es “viable ni sostenible”, y seguro que tampoco “ambientalmente amigable”, por lo que hay que esperar ¡veinticinco años! para completarla. ¡Qué descaro!
Siempre los cachacos inventando vainas para entorpecer nuestro desarrollo. Esgrimen inventados datos, números y cifras para oponerse. El tal “TPB” (Toneladas de Porte Bruto, le dicen para descrestarnos) no es otra cosa que el volumen de toneladas de carga que proyectan movilizaría una vía, el cual por peajes constituye el retorno de la inversión privada. Es cierto. Pero es más cierto que no todas las vías se proyectan para movilizar carga, ni todas se estructuran para ser ejecutadas por el sector privado, ni todas resuelven solo la movilidad. El Gobierno está obligado a ejecutar vías como inversiones de rentabilidad social, inversiones de estrategias de inclusión y, como en este caso, inversiones de fomento. Para ello pagamos impuestos. Esta vía debe ser inversión pública que fomentará la inversión privada en proyectos turísticos que a su vez generarán desarrollo y empleo. Que se dejen de vainas los tecnócratas cachacos, que no comeremos del cuento del TPB.
La semana pasada en Cartagena, durante la clausura del Congreso de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos, Andesco para más señas, nos enteramos no solo de que los tipos se asocian, y hasta congresos hacen, ¡qué peligro!, sino que en dicho evento de clausura el vice Vargas Lleras anunció para el país treinta megaproyectos por valor de setenta billones de pesos, y que iba a meter en cintura a la tal Agencia Nacional de Licencias Ambientales, que se ha convertido en un torpedero de proyectos, y más si son aquí. Perfecto.
Como la reelección ganó, ya lo que desde las altas esferas se anuncie no son promesas de políticos, sino voluntad de gobernantes, que están en deuda con la Costa. Sea entonces la oportunidad para pedir que en esa tula, además del nuevo puente sobre el río Magdalena se incluyan tanto la doble calzada que quieren enredar, como la Avenida del Río desde La Loma hasta el CEEC, importantes para la región y para la ciudad. Pero hay que estar pilas y, ¡ojo con el raponeo!
rzabarainm@hotmail.com
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