El Gobierno Nacional anuncia con bombos y platillos que Riohacha tendrá 24 horas de agua potable. Más que una buena noticia parece un mal chiste. ¿Cómo es posible que, avanzado el siglo XXI, la capital de un departamento que ha recibido durante décadas millonarios recursos por regalías solo hasta ahora puede darse ese ‘lujo’, lo que es posible que los ciudadanos de ese departamento consideren como una bendición? Pero lo que es inaudito es que hayan vivido sin este recurso fundamental para la vida de todos, para su salud, para la producción, en fin, para todo lo que se requiere en un lugar medianamente civilizado.

El día de la Patrona de esta ciudad, la ‘Vieja Mello’, se pone en funcionamiento este servicio que solo reciben dos días a la semana la mayoría de los 292 mil riohacheros. Pero esta solución solo será realidad gradualmente, empezando por los primeros 30 mil a partir de mañana, y solo a mitad de año se calcula se tendrá cubrimiento total. Con razón los análisis del tipo de agua que reciben muchos de los habitantes de la Región Caribe revelan su pésima calidad. Claro que es mejor tarde que nunca, pero el país demanda una explicación por esta demora inconcebible.

Los altísimos niveles de corrupción que caracterizan a la clase política de esta parte del país deben haber contribuido a esta inexplicable demora. Ahora, ¿cómo es posible que una ciudadanía haya sido tan paciente ante semejante falla del Estado? Y más aún, ¿cómo siguieron eligiendo a los mismos sectores políticos que los privaron de este recuso vital? Ahora todos quedan muy agradecidos con el Gobierno Nacional, con razón, pero quedan muchas preguntas sin respuesta.

Ahora que en este 2015 se elegirán mandatarios locales y regionales, así como los concejales de los municipios y los miembros de las asambleas departamentales, es bueno que la sociedad de La Guajira reaccione porque, si esta es la situación de su capital, ¿cómo será la de los municipios de este Departamento? Claro que el Gobierno Nacional tiene una gran responsabilidad sobre el profundo rezago de gran parte de la Región Caribe, como la tiene sobre el caos que se observa en la Región Pacífica, pero las autoridades locales también tienen su dosis de culpa.

Es bueno recordarles a los guajiros que deben actuar mucho más como ciudadanos y no solo como simples habitantes de una parte del país llena de rezagos, que son inconcebibles en pleno siglo XXI. Miren bien a quién eligen porque su voto o la abstención define a los próximos mandatarios y nadie se salva de esa responsabilidad. Una verdadera cultura ciudadana debe impulsarse para que la mayoría de caribeños dejen de entender el ejercicio de la política como vender el voto. Así no se construye democracia, sino que tan solo se refuerzan esos gamonales de siempre que tanto tendrían que explicarles a sus electores y al país. 

Bienvenida el agua potable a Riohacha, pero esto no es un regalo del Gobierno nacional. Esta es la obligación de quienes tienen en sus manos el manejo de los recursos públicos destinados a responder por los derechos de todos los ciudadanos. El pecado es que solo hasta ahora se cumple ese mandato, de manera que, guajiros, a cumplir con sus obligaciones y ayudar a construir democracia eligiendo bien a sus dignatarios municipales, departamentales y, cuando toque, a los nacionales. No dejen pasar esta oportunidad de renovar a sus dirigentes políticos.

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