El Heraldo
Deportes

La quinceañera con puños de hierro que noquea a ritmo de salsa

Juan Carlos RuedaA Dayana Cordero, de 15 años, no le es fácil encontrar rivales para pelear en Colombia.

¡Niña Ceci, niña Ceci!,…corra, venga a ver,…‘Dayanita’ se está dando trompadas con un ‘pelao’ en el parque.…¡Corra, que le van a maltratar a la niña!

Cecilia Hernández de Cordero estaba revolviendo la sopa y soltó el cucharón, corrió dos cuadras, desde su casa hasta el parque de Caucasia, Antioquia, pensando en lo que le haría al atrevido que estaba golpeando a su pequeña hija de sólo nueve años.

Al llegar, se abrió paso entre el tumulto imaginando lo peor, pensando que a ‘Dayanita’ le habrían desfigurado el rostro. Pero el alma le volvió al cuerpo cuando vio a su nena adorada levantando los brazos y gritándole a un jovencito que estaba tirado en el suelo tapándose la cara con las manos: “¡Párate, párate y pégame otra vez,…cobarde! Te voy a enseñar a respetar a las mujeres”.…

Cecilia, viendo que a su hija no le había pasado nada, ayudó al muchacho a levantarse y quedó asombrada al ver que era unos tres años mayor y más alto que Dayana. Se lo llevó para su casa y le aplicó una pomada en la cara, que cada vez se le hinchaba más.

Todo se debió a que el jovencito le había pegado a una compañera de Dayana y ésta quiso darle una lección. El altercado se resolvió con un abrazo y hoy son grandes amigos.

La historia se regó por el pueblo y llegó a oídos de Daniel Baldovino, entrenador de boxeo y dueño de un rudimentario gimnasio en Caucasia, que de inmediato fue a buscar a Dayana para entrenarla.

Cecilia aceptó de inmediato, pero su esposo, Rosendo Cordero, no estuvo de acuerdo: “Esa es una vaina para hombres”. Su esposa pensaba lo contrario y, a escondidas de él, llevaba a Dayana todas las tardes a donde Baldovino, alcahueteándole a su hija el deseo de ser boxeadora. Con un mes de entrenamiento le programaron la primera pelea, fue en Sahagún, Córdoba, frente a un muchacho de 12 años que estaba boxeando desde los siete. Lo tumbó dos veces en el segundo asalto y ganó por decisión unánime.

Estos recuerdos vienen a la mente de Dayana y su madre mientras hacen rendir sus pocos recursos económicos para desplazarse diariamente al gimnasio a entrenarse arduamente con el propósito de descollar entre las numerosas jóvenes que hacen parte de una nueva generación que ha escogido el rudo deporte de los puños para labrarse un futuro próspero.

Después de demoler a su primer rival vino una serie de combates en diferentes pueblos de Córdoba y Antioquia, dieciséis en total, catorce de ellos enfrentando varones y se mantuvo invicta, ganando quince y empatando uno, que fue un acto de consideración de los jueces con su rival, ya que, a pesar de que Dayana lo superó, no quisieron desmoralizarlo y dieron tablas para que él no perdiera su invicto.

La fama de la jovencita se regó por la región y, recién cumplidos los catorce años, le programaron una pelea en Montelíbano, Córdoba, por la cual recibió su primera paga: ciento veinte mil pesos. Es que hasta entonces, Cecilia tenía que hacer rendir el presupuesto familiar, comprando una libra de arroz o de azúcar o un plátano menos para comprar los implementos que su hija requería, porque su esposo, aunque aceptaba que siguiera en el boxeo y asistía a algunas de sus peleas, no la apoyaba económicamente.

Lo que no sabían Cecilia, ni su entrenador, ni mucho menos Dayana era la clase de rival que le pondrían en frente. “Cuando la vi en el camerino—cuenta Dayana— pensé que era la mamá de mi contendora, porque era un mujerón, como de 28 años…cuando de pronto veo que le están poniendo los guantes y me miró diciéndome: ‘Hoy vas a ver lo que es pelear de verdad, oíste’. Me acerqué a mi mamá y le dije:…Mami, me tocó una ‘vejeta’ pero le voy a dar con el alma…esa no me va a quitar el invicto”.

La contrincante era nadie menos que Andrea La Pantera Miranda, hermana del exitoso boxeador El Pantera Miranda, a quien le habían ofrecido una pelea por título mundial y decidieron enfrentarla a Dayana para mejorarle el record, es decir, utilizando a la jovencita como “escalera”, que así se denomina ésta práctica en el mundo del boxeo. Suponían sus manejadores que la niña sería una “anchovita” y que miranda la despacharía en el primer asalto.

No podían estar más equivocados. como dice don Chelo De Castro: “Mamita mía, ahí te van dolores, atésate grapa vieja, que vas pa’ un guayacán”. Fueron cuatro candentes episodios durante los cuales la aguerrida jovencita dio un recital de boxeo haciendo gala de su prodigiosa cintura y su agilidad para esquivar los golpes de La Pantera, que cada vez se desesperaba más, viendo que no podía conectar un solo puño a la supuesta ‘perita en dulce’ que le habían servido para llegar invicta al campeonato de título mundial. Dayana ganó el desafío por decisión unánime y la gente salió diciendo: “La tigresa devoró a la pantera”. Desde entonces, adoptó ese mote y lo respalda con sus felinos desplazamientos en los encordados y los mortíferos zarpazos con que derrota a sus rivales.

Muere su padre. Cuando Rosendo se enteró de que su esposa e hija no habían viajado a Montelíbano a visitar a unos familiares, sino a una pelea de boxeo, se puso muy furioso y se preparó para darles un drástico regaño. Pero cambió de parecer al enterarse del estruendoso triunfo de su hija, reseñado ampliamente por los medios de la región. A partir de ahí decidió darle todo su apoyo. Lamentablemente, no pudo verla pelear nuevamente porque el corazón lo traicionó el 1 de agosto de 2010, dejando a su familia desamparada. Este triste suceso afectó el ánimo de Dayana, al punto de que abandonó el boxeo y los estudios de secundaria.

Cecilia decidió alejarla de los malos recuerdos y la trasladó a Barranquilla, donde la dejó viviendo en casa de una tía y regresó a Caucasia a continuar trabajando en el hospital como aseadora.

A los pocos días el Río Cauca se desbordó inundando media población y haciendo inhabitable la vivienda de los Cordero Hernández. Esta nueva tragedia precipitó el éxodo definitivo. Cecilia renunció al empleo, su única fuente de ingresos, y se marchó a Barranquilla a reunirse con su hija, que no se acostumbraba a la ciudad.

Teniendo como principal objetivo la carrera deportiva de Dayana, empezó a buscarle un gimnasio para que entrenara. A veces les tocaba desplazarse a pie, porque no tenían ni para los pasajes de bus. Buscó y buscó hasta que dio con Manuel García y su hijo Pachín, quienes tienen una cuerda de boxeadores a los que preparan en un rudimentario tinglado de cemento a un lado de la cancha de futbol del barrio El Carmen. Allí se destacan la pera y el sandbag más rústico que alguien pueda imaginar, hechos con sacos de empacar arroz y rellenos con arena y trapos. Del camerino, ni hablar, un oscuro y caluroso cuartucho que ni energía eléctrica tiene, por lo que uno tiene que cambiarse, bañarse y enjabonarse de memoria, según dice Dayana entre risas.

Manuel y Pachín vieron en Dayana su pasta de campeona y, sobre todo, las ganas de triunfar que tiene. La firmaron y ahora Pachín la somete todos los días a una ardua rutina de ejercicios que cada vez ella realiza con mayor facilidad.

Es que La Tigresa Cordero nació con los genes del boxeo incorporados en cada célula. Sus primos, Luis Enrique y León Francisco Cordero son pugilistas profesionales. Éste último disputó sin éxito el titulo mundial pluma ante el mexicano Jorge Solís.

Ya La Tigresa lleva cinco peleas en la rama profesional, todas ganadas, y se ha vuelto casi imposible conseguirle contendoras de su mismo nivel que le permitan seguir creciendo para llegar a disputar un título importante, ya sea regional o mundial.

Manuel García, veterano promotor de boxeo y padre del desaparecido Jimmy García, quien murió como consecuencia de los golpes recibidos en un encuentro mundialista, ha puesto todas sus esperanzas en Dayana para alcanzar el esquivo campeonato que no logró con su hijo.

Él cree que con cinco o seis combates más pueden buscar una pelea titular. “No hay prisa porque apenas cumplió 15 años el 18 de diciembre pasado”.

La más reciente pelea la ganó en un escenario poco común: el estadero Donde Argel, ubicado en la zona rumbera de la carrera 21 de Barranquilla. Todavía estaban bajando los instrumentos de la orquesta de Charlie Gómez cuando el presentador Mauricio Rider anunció la pelea y enseguida subieron Dayana y su rival, seguidas por cuatro fornidos hombres que llevaban un encordado prearmado. Detrás iba Pachín, quien hizo las veces de árbitro y entrenador. Con los temas más bravos de la salsa esquinera como fondo y los rumberos gozones vitoreándola, Dayana Cordero se quitó el disfraz de quinceañera inocente y sacó su agilidad felina y sus garras de Tigresa para devorar con fiereza a su rival de turno. Quedó demostrado que no hay todavía en la jungla del boxeo femenino quién logre siquiera rasguñar a esta fiera que se prepara día a día para alcanzar un título mundial, teniendo como entrenador principal al mismo que, según dijo Pambelé alguna vez, también lo impulsó a él: “El hambre, mi hermano, el hambre”.

En los tinglados todo se le está dando. Rival tras rival van cayendo como fichas de dominó. Lo que no ha podido vencer es la terquedad de la funcionaria de un colegio de bachillerato que no quiere darle un cupo para estudiar en horario nocturno, ya que, según las normas, la jornada de la noche es para mayores de edad. Pero ella no puede estudiar en el horario de los demás niños porque necesita entrenar durante el día. ¿Será que la Secretaría de Educación distrital interviene para hacer una excepción a la regla o a Dayana le va a tocar darse trompadas con los burócratas viéndoles la cara de La Pantera Miranda? Cuidado…Eso es nocaut seguro… Esta jovencita pega bien duro.

 Por Juan Carlos Rueda Gómez

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.