Era mestizo, descendiente de padre español y madre yucateca, así que el proverbial afrocubanismo de Miguel Eugenio Lázaro Zacarías Izquierdo Valdés, conocido artísticamene como Miguelito Valdés fue producto del barrio donde se crió, el célebre Cayo Hueso, con predominio de población negra y mulata, situado en el corazón de La Habana y que con Los Sitios, Belén, Jesús María, Pueblo Nuevo y Atarés, conforma el eje de las manifestaciones culturales afrocubanas del centro de La Habana.
Dicen, quienes conocieron a Valdés, entre otros el pianista barranquillero Al Escobar que el también llamado Mr. Babalú fue una excelente persona y un gran amigo, hombre dadivoso, siempre sonriente y poseedor de un exquisito humor.
La infancia de Valdés fue, como la de tantos otros niños pobres, una constante lucha por la supervivencia que incluyó diferentes trabajos y una aventura boxística que, según el historiador Cristóbal Díaz Ayala, llegó a 23 combates. Pero, en 1927, con sólo 15 años, ya formaba parte del Sexteto Habanero Juvenil, donde intercambió contrabajo, tres, guitarra y voz. En 1936, se vinculó como cantante de la Orquesta de los Hermanos Castro, una de las primeras y más importantes jazz band cubanas. De esa orquesta se separa en 1937 en compañía del pianista Anselmo Sacasas, el violinista Guillermo Portela y otros músicos, para fundar una de las más importantes orquestas de blancos de la época: la Casino de la Playa.
Justamente, el hito musical de la primera mitad del siglo XX en Barranquilla fue la presencia de la Orquesta Casino de la Playa, del 19 al 26 de agosto de 1939 brindando espectáculos diarios en la ciudad. Debutó en el Teatro Rex, bello escenario que exhibía su arquitectura estilo Art decó, y continuó sus presentaciones en Las Quintas, Sanroke, Caldas y el Club Barranquilla. Su presentación fue ampliamente promocionada con avisos diarios en el periódico La Prensa y por Emisoras Unidas con un mes de anticipación.
Entre las muchas ocasiones que estuvo en Barranquilla, recordamos su presentación el 31 de marzo de 1976 en compañía de Celia Cruz y Matilde Díaz en el Coliseo Cubierto. Entre sus grabaciones de temas colombianos se encuentran: Playa blanca, Navidad negra, Gloria María, Prende la vela, Ay cosita linda y Soy cumbiero. Murió en tierra colombiana, en Bogotá, actuando en el Hotel Tequendama, el 8 de septiembre de 1978.
Por Rafael Bassi Labarrera
Especial para EL HERALDO