El Heraldo
En la novela ‘El amor en los tiempos del cólera’, el escritor le hizo un homenaje a este lugar narrando que “la llevó a la Heladería Americana.
Barranquilla

La Barranquilla del escritor

Ocho lugares en la ciudad guardan parte de la memoria del genio literario en su corto, pero definitivo paso por ‘La Arenosa’.

En todas sus biografías e incluso en su libro Vivir para contarla (2002) recrean las diversas etapas y años decisivos que vivió Gabriel García Márquez en Barranquilla.

Este medio se dedicó a visitar cada uno de esos lugares donde encontró que algunos de sus antiguos moradores aún recuerdan la presencia del nobel en las calles que transitó. No resulta extraño que el autor ambientara su última novela Memoria de mis putas tristes (2004) precisamente teniendo a Barranquilla como escenario literario.  

COLEGIO SAN JOSÉ. Convertido en la actualidad en la Escuela Distrital de Arte, el Colegio San José todavía mantiene los salones donde Gabo recibió sus primeras lecciones en 1939. Su madre Luisa Santiaga insistió, según la biografía de Gerald Martin, en enviarlo a este colegio para que el joven Gabriel recibiera sus clases de secundaria. En este colegio el autor publicó sus primeros escritos titulados ‘Bobadas mías’, en la revista de la institución titulada ‘Juventud’.

BARRIO ABAJO. La casa denominada en la biografía de Martin como ‘El Castillo’ en la que vivió Gabito su periodo de juventud todavía está en pie en Barrio Abajo. Su construcción ahora moderna está justo al lado de la Tienda El Tokio, en la carrera 53 con calle 46. A pocas cuadras, Rosario Zúñiga, de ochenta años recordó el periodo en que Gabo fue su vecino. “Era un muchacho muy servicial y juguetón al que le gustaba jugar bola e trapo” dijo.

EL HERALDO. Luego de estudiar en Zipaquirá y en Bogotá Gabo regresa a Barranquilla en 1949 contando con la promesa de Alfonso Fuenmayor de conseguirle un empleo en este medio. En esta escuela comenzó a escribir su columna titulada ‘La Jirafa’ de la que escribió que este animal es “vulnerable a los más imperceptibles resortes editoriales. Desde el instante en que se piensa –aquí frente a la Underwood (máquina de escribir)– la primera palabra de esta nota diaria”.

LA CUEVA. El Nobel dijo en ‘El olor de la guayaba’ que “en realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos” y en Barranquilla encontró amistades que le duraron toda la vida, que reunidos en el bar La Cueva influenciaron con sus lecturas su imaginario literario, entre ellos se destacan: Ramón Vinyes, Alfonso Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio, Germán Vargas, Alejandro Obregón, Orlando Rivera ‘Figurita’, entre otros.

IGLESIA PERPETUO SOCORRO. El 21 de marzo de 1958, a las 11 a.m., Gabriel García Márquez contrajo matrimonio con Mercedes Barcha, luego de tres años de noviazgo, en la  iglesia del Perpetuo Socorro. “Al enlace asistieron casi toda la banda de La Cueva”, según la biografía autorizada del Nobel, que también describe a través de Alfonso Fuenmayor que Gabito parecía aturdido por la solemnidad del momento. 

EL RASCACIELOS. Convertido en la actualidad en una bodega todavía se levanta el edificio El Rascacielos cerca a la plaza de San Nicolás. Esta construcción fue un burdel ubicado en calle 32 número 40-81 que costaba un peso con cincuenta la noche. Cuando Gabo no tenía cómo pagar el alquiler le daba como depósito al portero, Dámaso Rodríguez, los manuscritos de sus novelas. El portero Daniel Espitia, que cuida el edificio, dijo que al Nobel le decían ‘El trapito’, “porque solo tenía dos conjuntos de ropa que lucir”.

HELADERÍA AMERICANA (FOTO PRINCIPAL). En la novela ‘El amor en los tiempos del cólera’, el escritor le hizo un homenaje a este lugar narrando que “la llevó a la Heladería Americana, desbordada a esa hora por los padres que comían helados con sus niños bajo los ventiladores de grandes aspas, colgados del cielo raso. América Vicuña pidió un helado de varios pisos, cada uno de un color distinto en una copa gigantesca, que era su favorito y el más vendido porque exhalaba una humareda mágica”.

LA TIENDECITA. Manteniendo su tradición como lugar para degustar comida típica de la ciudad, en ‘La Tiendecita’ todavía guardan los recuerdos de Gabo, Álvaro Cepeda Samudio y otros miembros del Grupo de Barranquilla. En las paredes del restaurante al lado de los letreros de “Chicharrón morboso” o de “Pastel de ave de corto vuelo” están colgadas las fotografías del Nobel en compañía de sus entrañables amigos. 

Facebook
Twitter
Messenger
Whatsapp
Convierta a El Heraldo en su fuente de noticias
X
COMO REPORTAR A WASAPEA
1. Agrega a tu celular el número de Wasapea a EL HERALDO: +57 310 438 3838
2. Envía tus reportes, denuncias y opiniones a través de textos, fotografías y videos. Recuerda grabar y fotografiar los hechos horizontalmente.
3. EL HERALDO se encargará de hacer seguimiento a la información para luego publicarla en nuestros sitio web.
4. Recuerda que puedes enviarnos un video selfie relatándonos la situación.