Uniforme único en Santa Marta: entre ‘chévere’ y “locura”
Ante propuesta del Distrito, estudiantes dicen que colegios perderían identidad. Para sociólogos, es necesaria una reforma profunda del sector.
Unos dicen que sería chévere”, otros que “es una locura”. Son, entre otras, las opiniones que tienen los estudiantes samarios cuando se refieren a la propuesta del Gobierno Distrital de implementar un mismo uniforme para el 2015 en los colegios oficiales como estrategia para ahorrar costos a padres de familias y armonizar las relaciones entre los educandos que dirimen conflictos a golpes.
La iniciativa expuesta por la administración Distrital concita igualmente el interés de sicólogos y sociólogos, quienes, como los estudiantes, tienen conceptos encontrados.
En los conceptos emitidos por los alumnos, tras visita que EL HERALDO realizó a diferentes planteles públicos de la ciudad, logró concluir que la iniciativa aún no es del conocimiento general, pues muchos manifestaron no saber nada del tema y expresaron que para una respuesta concreta “sería bueno saber en qué consiste la propuesta”.
“No me atrevo a emitir un juicio, prefiero escuchar a los promotores de la idea”, dijo un estudiante de grado 11 del Liceo Celedón.
Otro del Inem Simón Bolívar, quien dijo que por apodo le llaman ‘Tribilín’, expresó que “uniformarnos igual sería perder identidad”. “Yo no me veo con otra ropa que no sea esta que llevo puesta desde hace 5 años”, anotó.
Por su parte un adolescente de la IED Edgardo Vives Campo dijo que “probar no sería malo, pues quizás nos sirva para unirnos. Es como si fuera un solo equipo y todos jugáramos en él”, añadió.
Opinión de profesionales. Para la sicóloga social Lérida Amador Castro, quizás esta proposición tenga una mayor acogida para la comunidad de padres de familias y de docentes, pero posiblemente no tanto entre los alumnos.
Explica que aquí juegan dos aspectos claves del ser humano como son la mente emocional y la mente racional. En la primera – según afirma la profesional - “se pone de manifiesto la acción – reacción, algo frecuente entre muchos adolescentes, pues actúan con base en sus emociones, sin razonar”.
Lo anterior explica que posiblemente piensen más en su identidad, en el apego al vestido y hasta en asuntos que tienen que ver con discriminaciones, es decir, que una alumna de X colegio vea con pena que otra de una escuela oficial de suburbio porte un uniforme igual al de ella.
El sociólogo Édgar Rey Sinning, afirma que esta iniciativa no es novedosa ni en Colombia ni en el mundo, pues hay países, como Cuba, que la implementan.
Los uniformes en Cuba, por ejemplo, sirven para homogeneizar visualmente a los estudiantes, pero además para evitar diferencias demasiado notables a la hora de vestir de acuerdo con las posibilidades económicas. Es que no todos tienen recursos como para llevar al aula un pantalón Levis Strauss o una camisa Dolce & Galbana, diferencias que con el uniforme escolar no se ven.
En lo que Rey Sinning no está de acuerdo es que un mismo uniforme vaya a armonizar las relaciones entre los alumnos de diferentes colegios que dirimen sus conflictos a golpes.
Considera que para lograr el objetivo, “hay que hacer reformas profundas en la educación, tanto en la escuela como en el hogar”.
“El problema es estructural, es quizás un reflejo de lo que está pasando en nuestra sociedad”, anotó.
Dijo que en este caso se podría emplear el conocido y trillado refrán: La fiebre no está en la sábana, si no en la persona”.
