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La tristeza y el dolor de patria aumenta con cada descubrimiento de una nueva manera de corrupción. Pareciera que en nuestro país los perversos y corruptos buscaran en cada norma legal la manera de burlarla. Hace unos años la Alcaldía de Barranquilla para paliar la situación económica de algunos ciudadanos abrió una sección adjunta al departamento o Secretaría de Movilidad.

De alguna manera esto se ha prestado para que algunos empleados de dicha sección se estén tomando atribuciones de autoridad como parte de sus funciones.

En todos los establecimientos comerciales de la carrera 38, estos “colaboradores” de la dirección de tránsito y movilidad están aplicando una forma de extorsión cobrando una vacuna a los comerciantes para permitir que los clientes puedan estacionar sus vehículos al frente de los comercios. En otras partes de la ciudad montan retenes y extorsionan a conductores cuya mayoría no tienen idea de hasta dónde llegan las funciones de estos empleados. Esto sucede sobre la circunvalar con los puentes de la cordialidad, Inem y carrera 51B.

No se puede permitir que estos elementos estén utilizando un uniforme para esquilmar incautos. Ojalá la autoridad pertinente ponga en cintura a estos delincuentes.

Una forma de controlar esta situación sería diferenciar sus uniformes y chalecos con colores distintos a los de la policía regular de tránsito.

Esos uniformados no poseen autoridad alguna para exigir documentos a los conductores como tampoco inmovilizar vehículos.

Ulises R Rico Olivero
uliricol93@hotmail.com