La semana pasada hubo muchos comentarios sobre el registro del número único de identificación de un celular, conocido técnicamente como el IMEI, pues a partir de hoy los operadores del servicio de telefonía móvil realizarán controles más estrictos para bloquear y con ello dejar inservibles los aparatos que no aparezcan en las denominadas bases de datos positivas. El temor lo sintieron no solo aquellos que habían adquirido un equipo de dudosa procedencia (en algún sitio no registrado o de segunda) sino también los que habían traído teléfonos de otros países y quienes los habían heredado de algún tercero.

El proceso, sin embargo, no es tan nuevo como muchos piensan. La implementación de las bases de datos positivas y negativas arrancó en 2012 de la mano del entonces ministro de las TIC, Diego Molano y del director de la CRC en ese momento, acompañados de la Policía Nacional, el Ministerio de Defensa y los operadores móviles, por eso no sorprende que el país ya cuente con 33 millones de equipos que están en los registros (aunque ya deberían tenerse todos).

En ese primer momento también se habló de la necesidad de romper las rutas del tráfico de celulares robados que incluía el envío de partes y equipos entre redes establecidas en Colombia, Ecuador y Venezuela, principalmente, para poder comercializar los equipos robados, por eso la exigencia de facturas de compra, registros de puntos de venta y hasta cartas de sesión de equipos a terceros. La medida era clara y restrictiva.

Entonces, después de cuatro años, lo que sí sorprende es que pese a los controles que se establecieron y los anuncios de ‘lupa y mano dura’ todavía los titulares de noticias incluyan historias de personas que mueren en un atraco por robarles un celular pues ese era el fin último de esa cruzada de registros: que quedarse con un equipo ajeno fuera una tarea inútil. Ahora que las autoridades han decido reforzar los controles sobre esa medida, es necesario también que los ciudadanos hagan su parte en la norma pues de nada sirven los controles si quien es víctima de este flagelo no se toma el tiempo de reportar un equipo robado para que lo puedan desconectar.

Hoy, con celulares por encima de los $3 millones (equipos que están clasificados en las gamas Premium) y con la alta penetración de teléfonos inteligentes en el mercado, sumado al crecimiento del número de dispositivos y la tasa de renovación de modelos, el llamado a reforzar este tipo de medidas cobra mucho más sentido.

Con respecto a los anuncios recientes, al final la pregunta es: ¿es posible que si usted todavía no ha registrado su equipo se lo bloqueen? Sí, es posible. Aunque además del control voluntario que debían hacer los usuarios, muchos operadores también se contactarán con los propietarios de aquellos equipos sobre los que hay dudas, para actualizar los datos. Además, si usted compró su celular en la compañía que le presta el servicio no debería tener ningún problema.