Desde Londres 2012 los juegos olímpicos se han convertido en un evento que se vive sin restricciones por internet y las redes sociales. Para Río 2016, las expectativas eran mucho más altas y la realidad ha estado en línea con eso.

Las estimaciones iniciales apuntaban a cerca de 4.500 horas de cobertura vía streaming (cálculos de NBC), una cifra que se ha evidenciado con los videos compartidos en las diferentes redes sociales y en los canales de Youtube del Comité Olímpico Internacional y sus seccionales por país, Colombia incluida, además de los medios de comunicación y fans del deporte.

A esto se suman los millones de trinos que cada minuto se producen alrededor de la competencia de turno y en la que han sido tendencia, por supuesto, nuestros deportistas colombianos, particularmente Óscar Figueroa y Caterine Ibargüen por la conquista de sus medallas de oro. También son protagonistas los mensajes que los mismos atletas envían, animando a otros de sus delegaciones o las fotos y videos que han compartido en Instagram y en sus páginas de Facebook con detalles y “detrás de cámaras” de sus preparaciones.

Este acceso en tiempo real nos ha dejado momentos como las propuestas de matrimonio de una clavadista china y una jugadora de Rugby de la selección brasileña, el aparatoso accidente del gimnasta francés (y luego un video animando a su delegación desde el hospital), los nerviosos padres de la medallista estadounidense Aly Raisman que sufrieron cada movimiento de su rutina, la lesión de la gimnasta colombiana Catalina Escobar (y una foto posterior, previa a su regreso al país) e incluso el anuncio de Lina Florez de que había sufrido una fractura en un entrenamiento y no correría los 100 metros valla en representación de Colombia.

También ha permitido visibilizar a los deportistas como figuras más cercanas, con videos y fotos acompañando su preparación y sus celebraciones más íntimas, complementados con sentidos enunciados, como es el caso de la gimnasta Simone Biles (el oro en gimnasia que ha sido catalogada como el reemplazo de Nadia Comaneci y otras grandes figuras de esa disciplina). A ella se suman las publicaciones de la preparación de Mariana Pajón y Carlos Oquendo, medallistas en Londres en BMX.

Las redes, sin duda, se convierten en un puente para acercar el deporte a todos y para revivir, en memoria colectiva, lo más significativo.