En salud no solo se necesita que se facilite el acceso a los servicios de atención, sino también a las medidas preventivas, a las vacunaciones, a la educación en el cumplimiento de medidas sanitarias, a la facilidad para los recursos mínimos para la vida, al agua potable, a la alimentación, a los servicios públicos, y en general a un medio ambiente favorable que mejore las condiciones de vida de las gentes. Es obligatorio e imprescindible que la calidad de los servicios para la salud sea óptima.

Desde 1995, teniendo en cuenta la promulgación de la Ley 100 de 1993, la cobertura en salud pasó en afiliaciones del 29.2% al 94.8%. Sin embargo, existen diferencias e información inconsistentes entre los territorios nacionales.

osteriormente, el Gobierno nacional expidió el Decreto 2353 de 2015, por el cual se unifican y actualizan reglas de afiliación al sistema de salud, se crea el sistema de afiliación transaccional y se definen los instrumentos para garantizar la continuidad de la afiliación y el goce efectivo del derecho a la salud, para cumplir con la Ley Estatutaria de Salud. En palabras, esto suena como que uno de los mejores ejemplos de sistemas de salud es el de Colombia.

La realidad es otra, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aseguramiento en salud se debe dar en tres aspectos, la población cubierta debe contar con un seguro de salud, la cantidad y calidad de los servicios médicos cubiertos debe ser total e igual para todos, para lograr mitigar el gasto potencialmente catastrófico en salud de un hogar o persona.

En Colombia, la afiliación al Sistema General de Seguridad en Salud (SGSSS) debe ser responsable –según la Ley Estatutaria de Salud– de garantizar el aseguramiento en salud. Según Minsalud, el aseguramiento en salud en Colombia ha mostrado avances en la cobertura, que en 2016 alcanzó el 95,6%. Sin embargo, esto no ha sido así en términos de calidad y oportunidad de la atención, donde el Sistema General de Seguridad Social en Salud tiene que enfrentar además grandes desafíos, como el comportamiento de la oferta de servicios, el manejo de medicamentos y medios diagnósticos, la formación del talento humano y el enemigo más grande, la pérdida de recursos por la corrupción y la ineficiencia de las Empresas Promotoras de Salud (EPS) con las que se abandonó la prevención y la salud pública, entre otros, para enriquecerse con el sufrimiento de los demás.

Iván Duque, el candidato que aventaja en las encuestas presidenciales, propone en su programa de salud mejorar la calidad, promoviendo mejores oportunidades para la educación en salud, y estimulando únicamente aquellas EPS –ojalá con una EPS estatal modelo– para que actúen con eficiencia y responsabilidad, las otras que no lo hagan deberían desaparecer. Estas propuestas inclinan la balanza a su favor, cada uno decidirá al final qué quiere.