En Colombia no hay salud digna de ese nombre. Mucha gente, sabiendo que mi madre vive en España y que para verla voy varias veces al año a mi patria, me pregunta por qué no me la traigo acá y así me ahorro tiempo, dinero y esfuerzos. La respuesta es sencilla: porque en Colombia no hay salud. Por supuesto, hay más razones, varias de ellas personales, pero la salud es en sí misma suficiente razón para justificar que una persona de cierta edad no se traslade de su hogar, en el cual sí dispone de una salud merecedora de tal denominación.

¿Y en qué consiste una salud que pueda ser así llamada? Lo expondré con ejemplos procedentes de mi país. Tienes un cáncer: te tratan sin cobrarte, ni ponerte trabas para la medicación básica para tu supervivencia. Necesitas un transplante: te lo hacen igualmente sin cobrarte, tan pronto como el órgano está disponible y te llega el turno. Debes operarte: dispones de hospitales públicos donde hacerlo en condiciones dignas. Sufres una enfermedad crónica: médicos y enfermeros te atienden en el hospital, en tu casa, te llaman por teléfono para preocuparse de ti, conocen en detalle tu caso, te recetan medicinas que en la farmacia te entregan de forma gratuita e inmediata. Llegas a los últimos momentos de tu vida: te ofrecen tratamientos paliativos en la clínica o en tu domicilio a tu elección. En resumen: una salud merecedora de tal nombre es aquella que se disfruta por el mero hecho de ser un ser humano, siendo ciudadano o sin serlo y en la que en ningún momento se tienen más o menos posibilidades de curarse o de sobrevivir en función del dinero del que se disponga.

Dado que ninguna de estas características se cumple a plena satisfacción en Colombia, cabe afirmar que Colombia no tiene salud. La pregunta es por qué. La respuesta que se acostumbra a escuchar es por falta de dinero: Colombia es un país pobre. Eso, señora, me temo que es faltar a la verdad. Lo que hace que un país disponga de una buena o mala salud no es su riqueza nacional, siempre que el país en cuestión esté mínimamente desarrollado. Lo que determina la calidad de la salud es la voluntad de los gobernantes (y de los ciudadanos que los eligen) por tenerla o no. No hay país más rico que EEUU y su salud es muy mejorable. España o Portugal, no siendo los más pudientes de Europa y siéndolo mucho menos que los EEUU, tienen una salud en líneas generales excelente.

El problema es cuando la salud es un negocio. Cuando no se regula correctamente cuáles deben ser las obligaciones de los prestadores de salud. Cuando no se fijan unos servicios mínimos que hay que garantizar a toda persona necesitada. Cuando no se determina con sensatez cómo financiar el servicio. Y esto no es una cuestión tan ideológica como pudiera parecer. Singapur no es precisamente un paraíso socialista y su salud es una de las mejores del mundo. La cuestión es saber quiénes saldrían beneficiados y quiénes perjudicados de cambiar el modelo colombiano y si los que han de regular este cambio priorizan a unos o a otros. Todo en esta vida, señora, no es más que una cuestión de prioridades.

@alfnardiz