La noticia nos llega de Sajá, una de las veintidós repúblicas de Rusia. Su capital se llama Yakutsk y queda apenas a 450 kilómetros del Círculo Polar Ártico. Si alguien quiere conocerla en internet encontrará sólo imágenes de lugares cubiertos de nieve. No en vano, es la ciudad más fría del mundo, con una temperatura promedio de diez grados bajo cero, aunque en invierno alcanza los ¡sesenta grados bajo cero! Si con diez grados en Bogotá uno se queja, ¿cómo será vivir en un sitio con semejante temperatura?

El caso es que Sajá llegará a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, a principios de 2020, con una propuesta bastante inaudita: que el mamut sea considerado una especie en peligro de extinción. ¿El mamut? ¿Cómo así? ¿Luego no desapareció de la tierra hace más de 4.000 años? Si, pero los restos de miles de ellos, que han permanecido enterrados bajo el hielo a lo largo de estos milenios, han comenzado a emerger a consecuencia del deshielo. Y no cualquier deshielo.

Esta es una región de la tierra en la que existe una capa de suelo permanentemente congelado, aunque no permanentemente cubierto de hielo o nieve. Ese subsuelo se llama permafrost (o permahielo). El permafrost tiene una edad geológica de más de 15 mil años que ya comienza a desaparecer. Por eso están apareciendo los costillares de miles de mamuts con sus enormes colmillos apetecidos por el hombre, pues un kilo de marfil se cotiza en mil dólares.

El hombre ve cómo está destruyendo la Tierra, el futuro, pero, por mera codicia, en lugar de poner freno le mete el acelerador. ¿El resultado? Dice la noticia: "Un paisaje devastado, las montañas perforadas y el agua seriamente contaminada". De ahí la urgencia de proteger los restos de un animal extinguido.

Pasa en el Lejano Oriente, pasa en América. Alert es el asentamiento humano permanentemente habitado más septentrional de la Tierra. Queda en Canadá, a novecientos kilómetros del Polo Norte. Es una base militar en la que viven setenta y cinco personas que el domingo pasado alcanzó una temperatura de ¡21 grados centígrados! Es decir, la misma temperatura en los días bogotanos esa misma semana. Este récord estadístico, dice esta otra noticia, “se produjo en el marco de una intensa ola de calor en el norte de Canadá que ha sido totalmente devastadora”.

” Calor ártico” es un oxímoron, pero el Ártico se está calentando tres veces más rápido que otras partes del planeta. Alguien dirá: “¿Qué tenemos que ver nosotros con lo que sucede a miles de kilómetros de nuestro amado Caribe? El domingo 1ro. de julio, Guadalajara, en México, despertó con casi un metro de hielo en algunas zonas de la ciudad luego de que una gran tormenta de granizo barrió la región. Hace ocho días en Cartagena no granizó, pero cayó un diluvio que inundó las calles con un metro de altura de agua.

¡Y hay quienes afirman que no existe el calentamiento climático! (no cambio climático, que es un eufemismo que suaviza la realidad del problema).

@sanchezbaute