Dudoso, por decir lo menos, es lo que pasa en el Hospital Cari de Alta Complejidad. Su actual gerente, Ulahy Beltrán, un médico de reconocida trayectoria en asuntos administrativos, insiste con temeridad en llevar la contraria a diversos frentes en torno a una convocatoria para escoger un operador privado.

Ulahy se ha desempeñado muy bien en otros cargos relacionados con la salud. Se caracterizó por su crítica continua de los erráticos manejos de ese servicio en el sector público y su nombre fue de muy buen recibo cuando salió a la palestra para la gerencia del Cari, un verdadero caballo cerrero con Mal de San Vito, nombre coloquial del síndrome de Huntington, una enfermedad neurológica más fuerte que el Parkinson. Explicación necesaria, estimando el tema que nos ocupa.

El funcionario en cuestión es especialista en gerencia de servicios de salud y especialista en seguridad social latinoamericana, Ha sido asesor en salud de la Contraloría General; consejero nacional, departamental y distrital de seguridad social en salud; miembro de juntas directivas de IPS privadas y empresas sociales del Estado. Hoja de vida ni mandada a hacer para una gerencia como la del Cari, otrora una institución de mostrar, ofrecer y atender.

Lo tenemos como un hombre serio y sus comentarios en las columnas tenían gran validez porque sabe del manejo de la salud, como el que más. Y sobre las funciones, las capacidades y las nuevas normas planteó lo siguiente en uno de sus escritos en este diario: “quienes estén pensando en aspirar a ser gerentes de algún hospital público en Colombia partir del primer día de abril del 2020, es más que necesario que reciban desde ahora un curso intensivo de “magia gerencial hospitalaria” para poder estar a tono con los requisitos del cargo, pero también con las exigencias que en la práctica dicho cargo demanda”. Su periodo termina el 31 de marzo, y no necesitará del curso, por lo visto.

Recordamos a un Ulahy combativo en debates públicos y privados sobre la exgerente Rocío Gamarra, a quien le pidieron el cargo y hubo que hacer de tripas corazón para que lo entregara. Su argumento para no hacerlo estaba basado en el periodo para el que fue nombrada. Se aferró a la gerencia y le cabía razón en cuanto al cumplimiento del periodo, pero resultaba extraña su renuencia a soltarlo, pese a que hubo varias solicitudes del gobernador Verano para que lo hiciera.

Lo que pasa allí es doloroso porque, según los funcionarios de vieja data, se volvió un call center de clínicas privadas. Las EPS de régimen subsidiado descartaron la contratación con ese hospital tenía unas tarifas muy altas, con relación al mercado. Poco a poco fue perdiendo usuarios, pese a tener buenos equipos y excelente personal.

Los sindicatos responsabilizan a los grupos políticos que amamantaron del Cari para luego desangrarlo como vampiros. Parece que en cuanto a Ulhay, la apertura de escogencia del operador privado ¡va porque va!

Por lo menos que salga y explique. Solo nos resta preguntar ¿qué es lo que tiene el Cari?

mendietahumberto@gmail.com