Antes de que me coman viva, quiero dejar claro que para mí no existe nada más importante que la salud. A principios de Julio en mi familia salimos positivos para Covid-19, y todos los días le pedía a Dios para que no fuésemos a ser parte de las estadísticas de los que no se recuperan.

También aclaro que recientemente sentí lo que es que alguien especial pierda la batalla contra este virus, mi querida Mónica Name, y que por eso, sé lo imprescindible que es que sigamos enviando mensajes sobre la importancia de protegernos.

Sin embargo, siento que debido a que el tema sobre qué hacer con el Carnaval está sobre la mesa, y teniendo en cuenta que a pesar de que no trabajo para Carnaval SAS, fui Reina del Carnaval, me siento obligada a escribir sobre el asunto.

Pero no voy a discutir sobre lo que creo que deba hacerse (aunque pienso que algo virtual, dónde se pueda ayudar a los hacedores y artistas, me parece bien), sino que quiero aprovechar la coyuntura para aclarar algo a la opinión pública, y es sobre cómo es que se financia esta fiesta.

Debido a que encontré cientos de comentarios en redes sociales dónde decían que si hay Carnaval es ‘porque los de Carnaval SAS se quieren llenar los bolsillos de plata’, voy a abordar este tema.

Carnaval SAS es una organización que no genera utilidad, pues a pesar de que gracias a que existe esta fiesta, en la ciudad se mueven más de 300 mil millones de pesos, todos los años las directivas tienen que salir a ver cómo es que se va a lograr hacer un evento cultural que cuesta más de 12 mil millones de pesos.

Me dirán: “¿y los palcos no son de ellos?”. Sí, pero lastimosamente vendiendo el 100% de los palcos, solo alcanza para pagar el 40% de lo que cuesta la fiesta. Me dirán: “¿y la Alcaldía no da?”. Sí, pero los 5 mil millones de pesos que da, se dividen entre los distintos operadores del Carnaval (el de la 44, el Gay, etc), y lo que le queda a Carnaval SAS, no alcanza para cubrir gastos. Inclusive, les toca alquilarle los escenarios al distrito.

Y entonces, ¿cómo se financia? Pues a Carnaval SAS le toca salir a buscar patrocinios con las empresas y, aunque hay algunas que hacen un aporte muy bueno para que la fiesta exista, hay muchísimas empresas grandes que se benefician directamente de la fiesta, y, como dice el dicho ‘se la tiran de los gringos’. Un ejemplo, las aerolíneas.

Y aquí el comentario final, la razón por la que el Carnaval es tan importante, y genera tantos ingresos para la ciudad, no es solo porque hay talento y una autenticidad innata (aunque esto es lo primordial), sino porque no depende de si el alcalde de turno quiera aportar u organizar, como sucede con las otras fiestas del país. Esta es una organización que NO vive de los impuestos de los barranquilleros, dispuesta a organizar un evento de talla internacional. La esencia de lo local combinado con una organización seria, es lo que ha hecho que el mundo sepa que existimos.

Y si esta fiesta hoy es capaz de generar empleo como lo hace, de hacer que desde el vendedor ambulante y pequeños comerciantes, hasta la hotelería, ‘se haga su diciembre’ y se reactive la economía en un mes que es muerto comercialmente en el resto de la nación, es gracias a que existe una empresa como Carnaval SAS, quien increíblemente, sigue generando números rojos.

PD: Esta columna no es para que haya Carnaval, sino par cuando den una opinión, tengan claro cómo es que le entra agua al coco.