Para muchos aficionados al deporte del fútbol que asistieron durante muchos años en la división de este popular deporte entre Adefútbol y Dimayor, no había manera en aquel tiempo de lograr una fórmula que fuera bien recibida por las dos partes.

La verdad de todo este maridaje futbolero, por así decirlo, era que la división mencionada no justificaba su existencia en el panorama colombiano. De una parte había tres ligas costeñas, y de la otra había algo así como docena y media de ligas departamentales apoyando a la Dimayor, además de la existencia del Fútbol Profesional Colombiano, sembrado en la capital del país.

La parte minúscula de esta situación divisoria subsistía únicamente por el respaldo que la Fifa le brindaba a la Adefútbol, sin ese respaldo la tal división no habría dado un pie en el avance de la situación.

El líder del grupo mayoritario era Alfonso Senior, que se movía de aquí para allá y de allá para acá en cuanta reunión sobre fútbol se hacía en Colombia, además del respaldo que Senior y compañía tenían de parte de las federaciones del continente americano. Senior acudía puntualmente a esos congresos, pero eso sí, desde las gradas del lugar donde se reunían los protagonistas, porque reconocimiento oficial, no podía tenerlo, porque este era ostentado por el organismo colombiano que ya hemos mencionado.

En esa situación llegó la asamblea a la Fifa. Naturalmente, los representantes de la Adefútbol eran los que estaban en pleno congreso; Senior y compañeros en las gradas, gritando a pleno pulmón por la desigualdad que había entre las partes.

En este caso, esta reunión era en Londres, sede de la Fifa, y el presidente de esta indagaba horas antes de reunirse el debate por la no llegada de don Eduardo Carbonell, amigo personal del presidente de la entidad. El presidente de la Fifa se mostraba extrañado por la ausencia de Carbonell, quien personalmente le había prometido su asistencia al congreso de la Fifa, pero este había preferido una asamblea de la facción conservadora denominada Laurianista, a la cual pertenecía y no asistió al congreso de la Fifa. Esta ausencia de Carbonell determinó un movimiento de adhesión a los representantes de la Dimayor.

Sin embargo, en la Fifa el apoyo a sus movimientos filiales es de categoría inmodificable. De tal manera que el congreso de Fifa se clausuró manteniendo el apoyo de la entidad a la facción colombiana.

A partir de allí vinieron conversaciones tendientes a mejorar la situación, surgiendo un comité paritario de dos y dos que nunca se entendió como tal en el bando de Adefútbol, no así en el otro, que por arte de birlibirloque terminó alzándose con la representación adefutbolista y eso terminó con una unión firmada con palillos. Pero mal que bien, las cosas comenzaron a funcionar. De allí en adelante hubo otro clima futbolístico.