Lo que parecía un boom se ha tornado en una crisis. La múltiple y variada oferta hotelera en Barranquilla ha llevado al gremio a pedir un salvavidas que no lo deje ahogarse en el mar de la sobreabundancia de habitaciones y camas.

A simple vista era una saludable muestra de prosperidad empresarial. La construcción indiscriminada de nuevos hoteles daba la sensación de formar parte de los nuevos vientos del desarrollo barranquillero. Pero no ha sido así, según el razonable decir de decenas de gerentes, sobre los cuales pesa la responsabilidad de una costosa nómina calificada, servicios públicos en estratos altos y pesadas cargas tributarias.

La proliferación hotelera se ha tornado en una amenaza debido a los bajos niveles de ocupación, porque la demanda turística y comercial está muy por debajo de los requerimientos del mercado. El reflejo del optimismo local referenciado en nuevas obras y un buen posicionamiento de imagen originaron muchas expectativas entre grandes cadenas operadoras nacionales e internacionales, las cuales llegaron a la ciudad para instalarse y ofrecer sus buenos servicios, a partir del gancho de la exención de renta por 30 años.

Hay otros factores sumados a esta situación. Uno de ellos es la falta de identificación de productos turísticos por medio de los cuales se podría atraer turistas nacionales y extranjeros y de esa manera diversificar el mercado. Vino el aspecto tributario con el incremento del milaje del ICA al 10/1.000. Cuatro puntos por encima de lo que se cobra en otras ciudades. Para rematar la situación hotelera local llegó el incremento al 19% del IVA con la reforma tributaria de 2018.

Con desesperación y bastante razón, los hoteleros locales están pidiendo al alcalde Alejandro Char tramitar ante el Concejo que disminuya el milaje del ICA, y además, por lo menos en 10 años, se prohíba construir más hoteles en la ciudad. El censo real de los hoteleros locales indica cuántos hoteles hay: son 146 con 6.400 habitaciones y 12.800 camas. Una oferta enfrentada a lo que se denomina parahotelería, la cual no paga impuestos ni tiene sobre sí los salarios de personal especializado.

La Secretaría de Cultura del Distrito, la Subsecretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación, Intergremial, ProBarranquilla, ProColombia y Fontur son entidades relacionadas con los hoteleros y a las cuales les cabe comprometerse para que el salvavidas los lleve a tierra firme. Son un gremio importante productor de empleo y de servicios y bien merece todo el apoyo.