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Una legión de monstruos ataca desde la oscuridad y vuelve a su escondite.

Estos peligrosos agresores se alimentan del dolor, los miedos e inseguridades de los que toman en serio sus afirmaciones con una poderosa arma destructiva: los comentarios negativos.

Parecen poco letales, pero no lo son. Ser objetivo de una acometida de estos seres es como ser blanco de un torpedo desde el anonimato. La diferencia es que este escenario bélico no se desarrolla en la vida real sino en un universo más complejo: las redes sociales.

Los 'monstruos' de las redes se llaman haters, —odiadores en castellano— y son personas que van por internet opinando con rabia sobre cualquier discusión que navegue en el ciberespacio.

Según el sociólogo, abogado, doctor en filosofía y docente de la Universidad Simón Bolívar, Jorge Bolívar, el hater se muestra como una persona que odia y aborrece cualquier cosa en internet.

'Sus métodos son la crítica, la burla, la humillación, la ironía y el humor negro. Se esconde en el anonimato detrás de la pantalla y las redes les permiten acortar esas distancias. Son definidos como cínicos hostiles, desconfiados y predispuestos a la agresión'. Bolívar agrega que las redes sociales son el hábitat donde 'muestran de manera sistemática actitudes dañinas y negativas'.

'Quieren ser leídos, escuchados y sentirse reconocidos. Lo más peligroso es que odian e invitan a odiar y tienen la capacidad de polarizar la sociedad'.

Para Maximiliano Cantis, experto en Seguridad Informática y gerente general de Eset para América Latina, los haters son uno de los resultados del impacto de las nuevas tecnologías en los comportamientos sociales.