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Aún no ha sido identificado, pero sí tiene un apodo. Tez morena, delgado, 1.65 metros de estatura, aproximadamente; cabello oscuro, sin tatuajes, aretes o perforaciones, ojos grandes y colorados, como si estuviera aparentemente bajo los efectos de alguna droga.

Así luce el hombre que, según sus víctimas, haciéndose pasar por mototaxista ha conducido a varias mujeres hacia una zona enmontada de Caracolí, entre Soledad y Malambo, donde hurta sus pertenencias y abusa sexualmente de ellas.

Lo identifican como el ‘Abusador de la moto negra’ que usa un casco del mismo tono y el del pasajero es blanco. No tiene más de 25 años, siempre anuncia que tomará un atajo, pero solo busca llegar a sus escondites para cometer sus vejámenes. Durante el tramo que recorre monitorea a sus víctimas por el retrovisor, con una mirada que genera desconfianza.

Una de sus víctimas es *Jessica, de 26 años, quien en diálogo con EL HERALDO relató los momentos de miedo y angustia que vivió el pasado miércoles 28 de septiembre cuando iba para su vivienda.

La mujer había salido de su casa en la Ciudadela 20 de Julio hacia un supermercado que queda en la calle 65 con carrera 12, entrada del barrio El Manantial, de Soledad. 'Allí busqué un dinero y al devolverme un mototaxista que estaba parqueado en ese lugar me ofreció la carrera. Yo le dije para dónde iba y aceptó, pero aseguró que no podía coger por la vía normal debido a que por allí iba pasando un sepelio y había disturbios', explicó la mujer.

Jessica aseguró que le pareció extraño; sin embargo, accedió y se fue con el hombre. 'Él iba mirándome todo el tiempo por el espejo retrovisor', indicó.

El sujeto la condujo hasta barrios 'raros' y fue cuando le preguntó por qué estaba tomando esa ruta.

—Esto es Villa Carla— respondió el hombre.

'Me dijo que todo estaba bien, pero después llegamos a un monte y había una trocha pequeñita', agregó.

Aterrada se bajó de la moto y con algo de valentía le dijo que 'no se metiera por allí'.

Según el mototaxi por esa ruta saldrían a la vía principal. 'Él se dio la vuelta y yo me volví a subir. Luego no sé cómo hizo y salimos a la misma zona enmontada, esta vez había una paredilla alta, yo vi a una señora y le pregunté que cómo hacíamos para salir, y de buena manera ella me indicó', apuntó.