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La península de La Guajira tuvo como visitante en 2017 a uno de los hombres más ricos y admirados del mundo, quien estuvo en el territorio ancestral del Cabo de la Vela, ese mítico lugar adonde van a las almas de los wayuu que mueren.

El martes 11 de abril, a eso de las 10:30 de la mañana el ilustre visitante, Bill Gates, fundador de Microsoft, la multinacional estadounidense dedicada al sector del software y el hardware, llegó en dos lujosos yates a la Alta Guajira junto a unas diez personas, entre las que estaban su esposa Melinda, su hija menor Phobe Adele y otros familiares.

No fue algo improvisado, ni casual, ya que todo había sido preparado con cuatro meses de anticipación, según nos cuenta Elida Sánchez, la joven wayuu que lidera un programa con niños de la ranchería Ipotshiru, la privilegiada comunidad indígena en la que Gates y sus acompañantes estuvieron por espacio de dos horas.

El cambio

Desde ese día todo cambió para los habitantes de la comunidad, sobre todo para los niños que hacen parte de esta iniciativa, que busca preservar los usos y costumbres de la etnia, reconoce Elida.

La mujer, quien funge a su vez como guía turista, asegura que tras la visita del magnate, la llegada de turistas ha incrementado. 'Antes nos visitaban de manera esporádica, ahora llegan dos o tres grupos al mes conformado por 10 o 12 personas de todas partes del mundo'.

Con la visita de Bill Gates a la ranchería Ipotshiru tuvo un cambio positivo, sobre todo la escuela cultural que creó Elida Sánchez, con el fin de que los niños de la etnia, no se alejaran de las tradiciones y costumbres wayuu.

'El programa lo iniciamos también para evitar que los niños expongan sus vidas en la vía, donde ponen cabuyas para pedir limosnas a los turistas', explicó.