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Uno de los miembros de la ONG estadounidense Operation Underground Railroad (OUR), quien por su seguridad se hace llamar Mateo, participó en la coordinación de los tres operativos celebrados de manera simultánea, el 11 de octubre pasado, en Cartagena, Medellín y Armenia.

En conversación telefónica con EL HERALDO, desde Estados Unidos, el vicepresidente de Inteligencia y Misiones Extranjeras de esta organización relata cómo de la mano de Timothy Ballard, ex agente de la CIA y fundador de la ONG, trabaja desde enero de este año en la desarticulación de bandas de explotación sexual de menores.

Los operativos en los que Mateo, Timothy y otros voluntarios estadounidenses como la actriz de The Walking Dead, Laurie Holden, participaron este año han dejado tras las rejas a explotadores sexuales en Colombia, República Dominicana y Haití.

Esta ONG lucha en contra de la esclavitud sexual consciente del papel que juega su país en la explotación mundial. 'Nosotros en Estados Unidos tenemos una gran responsabilidad porque somos el país número uno en consumo de turismo sexual y con niños. Después están Canadá y Europa occidental'.

Mateo dice que, como Timothy, optó por abandonar su trabajo como funcionario del Departamento de Estado por la frustración que le produjo la burocracia. Sus hijas de 9 y 12 años de edad también motivan su labor diaria por los niños menos favorecidos. 'Es una manera de amarlas a ellas, de protegerlas'.

Los siguientes rescates de OUR continuarán en Europa, África y 'quizá Asia', después del éxito de las operaciones en Latinoamérica.

¿Cómo nació la ONG?

Nuestro fundador y CEO pasó 12 años como oficial del gobierno de Estados Unidos, primero con la CIA, y luego con seguridad interior en Homeland Security. Él trabajó contra las redes de pedofilia y de traficantes de menores, pero estaba harto de la burocracia que existe, sobre todo en un gobierno como el nuestro. Hace casi un año, en octubre de 2013, tomó la decisión de renunciar y comenzar a trabajar por su cuenta.

Con nuestra ONG hemos salvado a unas 230 víctimas de la trata de personas, la mayoría son menores. En enero hicimos un rescate en Haití, en mayo hicimos otro en Cartagena, en agosto estuvimos en la República Dominicana y el 11 de octubre participamos en tres operaciones simultáneas en Colombia.

Es un problema grande, hay que empezar, hacer algo. Poco a poco estamos viendo más voluntad de los gobiernos locales.

¿Quiénes más hacen parte de esta ONG?

Trabajamos de tiempo completo cuatro personas, pero tenemos muchos contratistas y voluntarios. Hay también personas de la industria de Hollywood que nos apoyan con sus donaciones. Acabamos de empezar, entonces poco a poco estamos consolidando nuestra organización. También nos mantenemos con las donaciones que recibimos a través de nuestro sitio web.

¿Quiénes participan en las operaciones?

Unas 30 personas encubiertas, entre agentes de los países y unas 10 o 12 personas de nuestra organización. En Colombia, estuve liderando la operación en Armenia con otros 10 ‘gringos’ y nuestros amigos del gobierno. En Cartagena también participaron unas 12 personas de nuestra ONG y en Medellín 10 más.

Siempre llevamos micrófonos y cámaras ocultas para dejar evidencia, que se la entregamos a las autoridades.

¿Cómo inicia la investigación previa a cada operativo?

Cada caso es diferente. En algunos tenemos las tecnologías que nos permiten encontrar a los pederastas que estén compartiendo los archivos de pornografía infantil en la red. Imágenes muy brutales, de violaciones de niños por ejemplo. Según los estudios que conocemos, si alguien está compartiendo este tipo de material hay altas probabilidades de que también esté involucrado en el negocio de la trata de personas. Teniendo esa información trabajamos siempre con la Embajada de Estados Unidos y con las autoridades locales para iniciar las investigaciones.

En algunos casos nosotros les damos la información a las autoridades y en otros casos son los gobiernos los que ya tienen la información recopilada y nos piden ayuda para armar las fiestas en las que caen los pedófilos.

¿Cómo fueron las operaciones del 11 de octubre?

Solo pasando tiempo en la playa, en Cartagena, en junio pasado, encontramos a un señor vendiendo cualquier tipo de mercancía: desde paseos a caballo hasta droga, mujeres y niños. Le seguimos la pista y encontramos información sobre los precios que ofrecía por los niños. Esa información se la dimos al CTI y después de una semana, el CTI había identificado a ese señor como parte de una red, de una célula de traficantes de menores.

Nosotros habíamos regresado a Cartagena después de la operación en la que nuestra ONG participó en mayo. Regresamos para ver qué más información podíamos encontrar sobre las redes de pedofilia.

Mientras tanto, los agentes del CTI encontraron en Facebook anuncios de una fiesta privada en Medellín y después de unas semanas tomaron la decisión de hacer dos operaciones simultáneas, la de Cartagena y la de Medellín. Hay que aclarar que ninguna de estas redes tenía relación entre ellas. El CTI quiso hacer las operaciones simultáneas para no despertar sospechas.

Los agentes del CTI también nos contaron que tenían información sobre el Eje Cafetero, que cerca de Armenia había un señor reclutando a niños para fiestas en fincas. Nos pidieron hacer una tercera operación simultánea. Así fue como hicimos este triple play.

¿Cómo fue la operación en Cartagena?

Todo el trabajo fue hecho por el CTI, a través de un agente encubierto. Él se hizo pasar por nuestro enlace, diciendo que conocía a muchos ‘gringos’ que querían venir a Cartagena a estar con niños. El vendedor contactó a su jefe (Mateo asegura que el líder de la red es Eduardo Ortega, uno de los cinco capturados en Islas del Rosario).

Viajamos en septiembre para que nos vieran la cara y dijeran: '¡Oh, tres ‘gringos’ interesados!'. Les dijimos que estaríamos el 11 de octubre y que llegaríamos con muchas personas más. Por eso les pedimos entre 40 y 50 menores, porque les prometimos que seríamos muchos ‘gringos’ en la fiesta. Solo les pagamos $200.000 para comenzar el negocio, pero él (Eduardo) vio una oportunidad de ganar mucho dinero y con su avaricia se cegó ante cualquier riesgo.

¿Cuál era el trabajo de la ex reina popular capturada en Cartagena?

Ella estuvo con Eduardo y, según Eduardo, ella era la reclutadora y la mujer que controlaba a las niñas, que las preparaba. Les enseñaba cómo hacer las cosas con los clientes.

¿Era ella la encargada de buscar a los 50 menores para la fiesta?

Ese era un trabajo en equipo, pero todo a través de una supuesta agencia de modelaje. Ellos nos dijeron que tenían experiencia en este tipo de negocios, pero que como se trataba de menores tenían que proceder con cautela.

¿En algún momento los líderes de la red les ofrecieron a los menores para que se los llevaran?

No, en este caso el negocio era solo por unas horas. Alquilaríamos a los menores por unas horas.

¿Les mostraron fotos de los menores?

Fotos y también nos llevaron a unas chicas, que según él, Eduardo, tenían entre 12 y 13 años.

¿Quiénes eran los supuestos clientes que participarían en la fiesta en Islas del Rosario?

Tres o cuatro de nosotros que estuvimos en septiembre en Cartagena planeando todo. También les dijimos que participarían personas muy ricas de Estados Unidos, que exigían alta privacidad y por eso necesitábamos que la fiesta se hiciera en una isla.

En estas operaciones además de los 10 personas de nuestra organización que participan, haciendo los papeles de los clientes para mostrarles a los ‘malos’ la cara ‘gringa’, decimos que hay muchos más ‘gringos’ en las recámaras preparándose para recibir a los menores.

Una vez hecho el acuerdo y el dinero intercambiado, unos agentes encubiertos de Colombia, que estuvieron haciéndose pasar por meseros y personal de limpieza, les dieron la señal a sus compañeros para que entraran a la casa. '¡Todos al suelo, manos arriba!' Y qué susto se veía en las caras de los niños. Nosotros también tuvimos que ser detenidos para seguir con el montaje.

En cada una de las tres operaciones hubo funcionarias del ICBF que participaron calmando a los niños y niñas, para asegurarles que no iban a ser detenidos y llevarlos a unos refugios para que estuvieran seguros. Les explicaron que no habían hecho nada malo.

¿Qué suele ocurrir después de los operativos?

Los niños son asegurados hasta que se hayan ido los ‘malos’ y nosotros, los presuntos ‘malos’. Luego los entrevistan (funcionarios del CTI y el ICBF) para determinar la posibilidad de que regresen o no con sus padres. En muchos casos son los mismos padres quienes los venden.

Casi todo el personal de nuestra operación se va directamente al aeropuerto, después de los operativos, mientras que solo dos de nosotros vamos a la Fiscalía para declarar lo que hemos visto.

¿Cómo fue la fiesta en Armenia en la que usted participó?

Primero conocimos al proxeneta en septiembre. Como en los demás casos, las semanas siguientes fue un agente encubierto del CTI quien siguió con la negociación. Nosotros llegamos dos días antes del operativo para alquilar la finca y mostrarles nuestro compromiso de hacer la fiesta. Preparamos la finca, pusimos un letrero de cumpleaños, ¡Feliz cumpleaños, Camila!, con globos y todo, para no asustar a los vecinos.

Un señor llegó en una buseta con 18 niñas. Ellas se fueron directamente a la piscina, pero no queríamos que las niñas empezaran o hicieran nada antes de que hiciéramos las negociaciones. Acordamos cuatro millones de pesos colombianos por cinco horas con estas 18 niñas, bajo la promesa de darles un millón y medio de pesos más al terminar la fiesta si estábamos contentos.

Una agente encubierta les dio la señal a los agentes del CTI que estaban en la fiesta como meseros. Tardaron 90 segundos en actuar, pero para mí parecieron 90 minutos.

Detuvieron a tres personas y a nuestro equipo de 10 ‘clientes’, pero los detenidos reales fueron tres.

‘The abolitionists’

El material fílmico de los operativos, en los que desde enero pasado participan los integrantes y voluntarios de Operation Underground Railroad, se convirtió en un documental de dos horas y media de duración.

Gerald R. Molen, productor de ‘The Abolutionists’ (‘Los abolicionistas’, en español), trabajó con Steven Spielberg en ‘Jurassic Park’ y ‘La Lista de Schindler’.

Mateo cuenta que Molen se interesó en producir este documental al conocer las estadísticas de esclavitud moderna.

Un estudio publicado hace una década en ‘Harvard International Review’ advertía de la existencia de 27 millones de esclavos en el mundo. Naciones Unidas reconoce entre las formas de esclavitud moderna los trabajos forzoso e infantil y la trata de personas. El documental será estrenado en Estados Unidos en enero próximo. 'Desde enero, con el operativo de Haití, comenzamos las grabaciones. El documental cuenta la historia de nuestro fundador Tim, que dejó su carrera de 12 años, su seguridad, su trabajo, teniendo a su esposa y a sus seis hijos, para irse a rescatar a más niños'.