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Un plan para crear el mayor santuario marino en aguas de la Antártida volvió a quedar bloqueado al no alcanzar un consenso durante una cumbre celebrada en Australia, motivando críticas de los ecologistas por falta de visión científica.

Los Estados miembros de la organización que debía supervisar la explotación sostenible del océano Antártico no lograron ponerse de acuerdo sobre la creación de una zona de protección marina de 1,8 millones de kilómetros cuadrados, durante una reunión anual la semana pasada.

La creación de esta reserva marina estaba destinada a prohibir la pesca en una amplia zona del mar de Weddell para proteger especies clave como focas, pingüinos y ballenas. 

Para ello se requería el consenso de los 24 miembros de la Convención para la Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CRVMA) y de la Unión Europea.

Pero según organizaciones de defensa del medioambiente, Rusia y China —cuyas preocupaciones sobre el cumplimiento y los derechos de pesca ya fueron importantes obstáculos en el pasado—, así como Noruega, rechazaron el plan.

'Era una oportunidad histórica para crear la zona protegida más amplia de la Tierra en la Antártida, salvaguardar la fauna, afrontar el cambio climático y mejorar la salud de nuestros océanos', dijo Frida Bengtsson, de Greenpeace, en un comunicado.