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Cumpliendo con el objetivo de la defensa de las enjuiciadas Laura Moreno y Jessy Quintero por la muerte violenta de Luis Andrés Colmenares Escobar, el antropólogo forense español Miguel Cecilio Botella cuestionó el procedimiento de exhumación del joven, adelantado por el exdirector del Instituto de Medicina Legal, Máximo Alberto Duque. Según dijo Botella ante la juez 11 de conocimiento, en la diligencia se violaron todos los protocolos internacionales.

En tal procedimiento, adelantado en el cementerio de Villanueva (La Guajira) en agosto de 2011, se habrían cometido errores, relacionados, entre otros, y según Botella, con el uso de pinzas, tijeras y un cuchillo de cocina. Para Botella, el análisis del cuerpo no correspondió al profundo que debe corresponder a una necropsia.

Con base en el análisis de las fotografías, Botella concluyó que los estudios y las herramientas utilizadas tuvieron que alterar el dictamen final de análisis forense; añadió el antropólogo que con el análisis del cadáver sobre una caja de cartón y el lavado de material en un piso de tierra se habrían perdido esquirlas de hueso; es por eso, aseguró en el estrado, se actuó de manera contraria a la metodología de exhumación avalada y vigente.

No es médico forense

En la primera parte de la audiencia, el testigo español hizo una extensa descripción de lo que ha sido su experiencia como antropólogo y toda su trayectoria académica. Sin embargo, fuentes allegadas a las víctimas revelaron que el mismo Botella había asegurado no ser médico forense, por lo que en la audiencia de este miércoles la estrategia jurídica estará enfocada a desvirtuar la idoneidad de Botella por no tener a su haber títulos ni experiencia en medicina forense.

Por las mismas razones, la representación de las víctimas buscará desvirtuar el testimonio de Botella, de tal manera que pierda validez y credibilidad dentro del proceso, ya que su declaración no es compatible con su objetivo ni con la hoja de vida.

Durante la diligencia había trascendido que el testigo español, mediante una comunicación vía correo electrónico, le confirmó a Luis Alonso Colmenares, padre de la víctima, que no era médico forense.