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En el colegio Buen Consejo el tráfico se siente afuera de sus instalaciones. Adentro del recinto hay más funcionarios de la Registraduría, la Defensoría del Pueblo, testigos electorales, policías y jurados, que votantes. Solo  unos pocos ocupan los cubículos, votan rápido y se van.

Ciudadanos que prestan sus servicios como jurado de votación, corroboran el paisaje. 'Han llegado muy pocas personas', dijo la abogada Karen Cabrera.

'Todo ha transcurrido en perfectas condiciones, no hemos tenido ningún tipo de problema. No ha llegado tanta gente pero nadie ha manifestado problemas por la identificación de mesa o de su documento'.

Alfredo Sabbagh, profesor de la Maestría de Periodismo de EL HERALDO y la Universidad del Norte describió el mismo panorama 'solitario' en el puesto de votación número dos, en el colegio del norte de Barranquilla.

'La verdad muy poca gente, muy poca afluencia de público, se veían los puestos vacíos y los jurados como pendientes a ver si alguien llegaba a su mesa. La verdad es que en general este es un puesto en el que el porcentaje de votación siempre está en un 50%. Hoy lo siento más o menos igual. Yo creo que con suerte se va a llegar a ese porcentaje de votaciones en este puesto, está muy quieto'.

Trashumancia.

'La mayoría de personas que han presentado sus quejas es porque les cambiaron su puesto de votación y no lo sabían. Lo que llaman trashumancia', dijo un funcionario de la Registraduría que pidió no se revelara su nombre.

Un ciudadano de Bucaramanga, con una bebé en sus brazos, también se encontró con la noticia que la inscripción de su cédula había sido anulada y que para votar, debía hacerlo en la capital de Santander.

'Es el colmo, hace dos años estoy inscrito acá y nunca había tenido problemas', expresó el ciudadano que no dio su nombre.

Como él, varias personas se quejaron por el cambio de lugar de votación sin previo aviso por parte del Consejo Nacional Electoral.

En su momento, cuando el Consejo Nacional Electoral anuló más de 125 mil inscripciones en el departamento, tras una investigación sobre trashumancia en el Atlántico, adelantada por el magistrado Pedro Felipe Gutiérrez, el presidente de esta corporación, Hernán Penagos, expresó: 'Es mejor pecar por exceso que por defecto. Y este año estamos dando esta información mes y medio antes de las elecciones', para que el ciudadano tenga la oportunidad de presentar un recurso y entregar pruebas que revocaran la decisión del CNE.

'No fue que se nos dio por excluir a la gente, tenía que ser que el ciudadano no tuviera residencia en ese sitio. Sin embargo, si el ciudadano considera y tiene cómo demostrarlo tenía que haber agotado un recurso. Listo, si lo formularon, se revisaba y se corregía el eventual error, soportando material probatorio, pero si no demostraban nada se mantiene la decisión', precisó hace unos días a EL HERALDO el magistrado Gutiérrez del CNE.

El magistrado indicó que los ciudadanos tuvieron un plazo de cinco días después de la desfijación de un aviso en la Registraduría para presentar un recurso en el que demostrara que no es trashumante electoral.

Entre tanto, el registrador Nacional, Juan Carlos Galindo, confirmó esta semana en Barranquilla que los casos de trashumancia son competencia del CNE. No obstante, confirmó que cambiar de puesto de votación en la misma ciudad no constituye que sea una práctica de trashumancia electoral. 

Ante esto, el magistrado Gutiérrez explicó que el mecanismo que realizó el CNE para tomar la decisión de anular una inscripción de cédula, era hacer un cruce de bases de datos y si al ciudadano no se le encontraba ninguno que demostrara que viviera en determinado lugar se le anulaba y se le dejaba en firme el anterior puesto de votación, aún si era en el mismo municipio. En estos casos es posible que se trate, según el magistrado, de un caso de trashumancia histórica o hubiese sido un error de la corporación. 'Habría que preguntarse por qué estos ciudadanos no aparecieron en las bases de datos de Barranquilla', señaló.