'Me gusta mirar las fisuras y los quiebres. Las historias que salen de ese punto de partida tienen que ver más con la vida real. Yo me considero una escritora realista. Y las historias felices son, para mí, parte de la ciencia ficción', expresa la escritora cartagenera Margarita García Robayo.
En ese sentido, su libro Cosas peores, galardonado con el premio Casa de las Américas en 2014, y que será presentado por su autora el próximo 30 de abril en la Feria del Libro de Bogotá (Filbo), expresa ese aspecto de su visión de la vida y de la creación literaria.
Personajes maltrechos que viven pequeñas y aparentemente inevitables desdichas cotidianas, que trascienden en problemas existenciales, narradas desde una gran capacidad de observación y un humor crudo, componen la trama y el estilo de esta obra.
La escritora. García Robayo nació en Cartagena. Estudió Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y hace más de una década vive en Buenos Aires. Participó en la creación y dirigió la fundación Tomás Eloy Martínez de 2010 a 2014, que promueve la literatura y el periodismo latinoamericano.
Sus escritos han sido publicados en medios como El País, de España, y Le Monde, de Francia. En El Clarín, de Argentina, creó el blog Sudaquia: historias de América Latina, que recibió diversos reconocimientos internacionales.
Su trabajo de ficción consta de varios libros de relatos entre los que se encuentran obras como Orquídeas y Las personas normales son muy raras. Su novela Lo que no aprendí fue finalista del Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana 2015.
‘Cosas peores’
El libro que la autora presentará en la Filbo resultó de 'sobras de otras cosas'. 'Iba guardando en una carpeta cuentos irresueltos, fragmentos de novelas, escenas sueltas, notas, hasta que un día quise darles alguna forma y algún sentido', explica García.
Agrega que en el proceso encontró un fondo común, que tenía que ver con climas y personajes que tenía en mente desde hace tiempo.
Postularse al premio Casa de las Américas, otorgado en La Habana, Cuba, fue el impulso para ponerle punto final a la obra. Ganarlo fue 'una alegría y una satisfacción enorme'.
'...Ganar (el premio) significa también un espaldarazo que ayuda a mantenerse firme en un oficio cargado de incertidumbre', explica.
Colombia
Desde hace más de diez años, García está radicada en Buenos Aires. El cambio no fue para ella una decisión 'muy consciente o estructurada'. Antes de mudarse vivió en varias ciudades, pero fue en la capital argentina donde encontró 'el tipo de contención que necesitaba en ese momento'.
Aunque viene con frecuencia a Colombia, la lejanía le ha ayudado a su oficio de escritura. 'La distancia me ayuda en todo lo que escribo porque, aunque parezca una contradicción, le saca parte del componente emocional que, en algunos casos, dificulta la construcción eficiente de los textos'.