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El teniente coronel Jesús Avendaño, comandante del Batallón de Artillería Número 2 La Popa, adscrito a la X Brigada del Ejército, presentó excusa pública a nombre de las tropas, por la muerte de dos jóvenes presentados como guerrilleros abatidos en combates, en hechos ocurridos en los años 2005 y 2008.

Tras un prolongado proceso jurídico, familiares de las víctimas lograron demostrar que en realidad sus parientes fueron dos casos más de ‘falsos positivos’ en el Cesar. El Tribunal Administrativo en este Departamento exigió que así se hiciera, por lo que el oficial acató el fallo durante una ceremonia en las mismas instalaciones de la unidad militar a la que solo asistieron los parientes de uno de los occisos.

En 2008, Nixa Martínez, de 15 años fue reportada por el Ejército como subversiva caída en enfrentamientos con el ELN en zona rural del municipio de Pueblo Bello, en estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Desde entonces, Miriam Cáceres Bullones, madre de la menor, inició una lucha por ‘limpiar’ su nombre. El 27 de mayo de 2008, Nixa Martínez salió de un consultorio odontológico en el barrio Sicarare de Valledupar, pero no regresó. Desde entonces comenzó la angustia de Miriam que la buscó durante 18 días, hasta que a la morgue en esta capital llegaron los cuerpos de dos supuestos guerrilleros, uno de los cuales era el de su hija.

El Instituto de Medicina Legal determinó que uno de los restos era Nixa Martínez. La adolescente registraba 11 impactos de bala de fusil en la espalda.
'La prensa publicó que a mi hija le encontraron un arma de fuego al lado de su cadáver, y ella lo máximo que usó fue un cuchillo para rebanar un mango', señaló Miriam Cáceres quien ganó la demanda contra la X Brigada en primera instancia, la cual fue apelada, pero confirmada en segunda instancia por el Tribunal Administrativo de Valledupar.

El otro hecho se refiere a la muerte de Frank Martínez Caviedes, ocurrida el 14 de mayo de 2005 en el corregimiento San José de Oriente en el municipio de La Paz. Se trataba de un joven con trastornos mentales, pero mostrado como subversivo.

El comandante del Batallón La Popa señaló que 'estamos en la obligación de acatar la orden judicial, desconozco las circunstancias en que ocurrieron los hechos uno en 2005 y otro en 2008, hay una investigación penal que se está adelantando sobre estos casos'. Hasta el momento no hay condena por estas muertes.

Miriam Bullones indicó que 'lo que sí me da tranquilidad este acto es que pude limpiar el nombre de mi hija, no era guerrillera, como madre sabía que no era así'.