Rodolfo Molina tiene desde hace 11 años la misión de conservar y proyectar ante Colombia y el mundo el legado de Alfonso López, Rafael Escalona y Consuelo Araújo Noguera: el Festival de la Leyenda Vallenata, que a su casi medio siglo de historia es uno de los eventos folclóricos y culturales más importantes del país.
En 1968 Consuelo, para entonces una joven inquieta por la literatura, a la postre ministra de Cultura; Escalona, compositor; y López, primer gobernador del Cesar, decidieron crear un certamen que perpetuara el acervo musical de esta tierra, donde a través de los cantos acompañados de las notas de un acordeón, ya se venía de una manera natural y espontánea, con la simple tradición oral, conservando mitos, leyendas, vivencias y todo lo que ocurría en la cotidianidad de la gran provincia de Padilla.
Con este propósito el Festival Vallenato ha crecido a lo largo de los últimos 50 años, evolucionando de acuerdo con las exigencias del tiempo y de las nuevas generaciones, pero guardando ese espíritu por mantener vigente el vallenato raizal que el año pasado fue declarado por la Unesco, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Detrás de la constante de tener ‘viva’ la riqueza de los juglares, de abrir espacios para los nuevos valores, y de continuar con esa herencia, está Rodolfo Molina, presidente de la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, hijo de Consuelo Araújo, La Cacica; asesinada por las Farc, y quien hasta el día de su muerte lideró este certamen que le abrió las puertas de Valledupar al mundo.
Al asumir la presidencia de la organización el 30 de diciembre de 2004, Rodolfo se hizo un propósito adicional, no ser inferior a la labor de su progenitora, aferrándose a sus enseñanzas y su memoria. 'No hay día que no extrañe a mi mamá. Creo que el mayor honor que le hago es que las cosas salgan bien', dijo.
Para Molina creer en la Costa es importante, precisamente porque es tierra fértil para la cultura, muestra de ello, es que cada año son más los participantes que llegan de diferentes lugares del Caribe, en busca de conquistar la corona como soberano del folclor en las diferentes categorías, destacando la motivación y presencia masiva de niños y niñas, que se convierten en ese 'semillero' que auguran un buen futuro para mantener la tradición.
Y va más allá, al indicar que se han abierto las fronteras musicales de la Región, considerando que no solo llegan concursantes de la Costa, sino de casi toda la geografía nacional, incluso de otros países atraídos por la magia del vallenato.
Rodolfo Molina nació el 24 de mayo de 1964, en el hogar conformado por Hernando Molina y Consuelo Araújo; está casado y tiene tres hijos: Rodolfo, Jaime y Consuelo; se considera un amante de esta música que defiende y pregona a través de la organización del evento.
'La idea de la Fundación ha sido buscar los caminos sin perder la esencia y la responsabilidad en cuanto a la música vallenata. Hemos querido que sea un evento internacional, pero no entrar en la comercialización. Una cosa es el concurso que es nuestra mayor responsabilidad y ahora más que nunca con ese reconocimiento de la Unesco que es lo que estuvimos buscando todo el tiempo', dijo.
LA MADUREZ DEL OTRO HIJO DE LA CACICA. Para Consuelo Araújo, La Cacica, el Festival Vallenato fue como otro de sus hijos; lo ayudó a crear, a formarlo y darle las orientaciones para que creciera derecho. El próximo año este evento cumple medio siglo, acontecimiento que se celebrará del 26 al 30 de abril, llegando a la madurez de su existencia.
Este sin duda, es un gran reto, de los muchos que a lo largo del tiempo ha enfrentado Rodolfo Molina al frente de la Fundación. El certamen se realizará precisamente en homenaje a sus creadores, y como cada 10 años, desde cuando se implementó en 1987, se realizará el concurso Rey de Reyes, donde se presentan quienes ya han sido soberanos del acordeón en ese Festival.
La máxima distinción de Rey entre los reyes, la han ganado Nicolás ‘Colacho’ Mendoza, q.e.p.d; Gonzalo Arturo ‘El Cocha’ Molina Mejía y Hugo Carlos Granados.
'El 2017 será un año de ratificación de la ardua labor que viene adelantando la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y que con el paso de los años ha dado grandes frutos', indicó Rodolfo Molina.
Para este ganadero y agricultor, el hecho de que el vallenato fuera declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad 'es el reconocimiento que hace una organización como la Unesco al trabajo realizado décadas atrás por nuestros juglares y cimentado a través del Festival de la Leyenda Vallenata, que desde 1968 ha sido el soporte para su preservación y difusión a nivel universal'.
'Sus concursos de acordeón infantil, juvenil, aficionado, profesional, canción inédita y piqueria, han servido para mantener viva esta tradición y los procesos de formación artística a través de la Escuela Rafael Escalona, que consolidan la autenticidad de la música vallenata', puntualizó.
'Queremos tener viva la riqueza de los juglares y abrir espacios para los nuevos valores'.
R.ODOLFO MOLINA
Pdte. del Festival de la Leyenda Vallenata