Las Arenas: un elegante barrio residencial a la orilla derecha de la Ría de Bilbao, donde tradicionalmente, junto con el de Neguri, ha vivido la burguesía bilbaína del pujante Bilbao de entonces, que lo sigue siendo hoy.

Los nuevos tiempos han difuminado el fuerte contraste social entre las dos orillas: la derecha, residencial, y la izquierda, industrial y obrera, ambas en la actualidad el espejo del progreso, la paridad, el poder económico y el desarrollo urbano que maravilla a los visitantes.

Estamos a la entrada para subir al puente colgante más elegante del mundo –no lo ponga en duda ante un bilbaíno–. Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es el primer puente transbordador y el más antiguo del mundo. Inaugurado en 1893. En su larga historia ha sufrido muchos avatares. Destruido en la guerra civil, lo reconstruyeron en 1941.
En 1998 se inaugura la quinta y ultima “barquilla”: una enorme barcaza de acero y vidrio de 25 metros de largo, desde donde se ve la estructura del puente, que transporta pasajeros y vehículos entre Getxo y Portugalete, las dos orillas de la Ría.

No había vuelto desde el 2009. Al salir del ascensor siento la misma impresión de riesgo y aventura de entonces: un paseo de 160 metros sobre tablones y hierro a 50 metros de altura oyendo al viento que encajona la Ría bajo mis pies, frente al Abra, la puerta al mar Cantábrico, el mar de él.

Su mar. Los recuerdos me asaltan frente a esa bahía luminosa. Me parecen realidad. Siento como una presencia suya: quedamente tu sombra vino y se quedó a mi lado. Frente a ese mar Cantábrico, el buen augurio de otros mares que nos esperaban allende: Este mar nuestro Caribe.