El dolor, la soledad y el peregrinaje de quienes han sufrido en carne propia el desplazamiento y las torturas de la guerra, al ser expulsados de sus parcelas, es lo que actualmente está representando el olvido en el que fue sumido abruptamente el monumento al Campesino Cordobés.
Fácilmente la imagen del hombre con un saco colgado en el hombro derecho y con dos canastas de frutas a sus pies, exiliada a un terreno agreste, es la fina estampa de los labradores que necesitan restitución de tierra y de vida.
Hace un año aproximadamente, cuando inició la remodelación del reconocido Pueblo Pescado y la expansión de la Ronda del Sinú, en la Avenida Primera con calles 35 y 41, la estatua fue removida del sitio donde siempre estuvo ubicada.
El monumento al Campesino Cordobés data de aproximadamente 20 años atrás cuando fue instalado en el parquecito denominado como 'El triángulo' frente al Mercado de Montería, donde los compradores y vendedores se estacionaban bajo la sombra de los árboles a charlar antes de regresar a sus terrenos.
Hasta el año pasado la cotidianidad fue así, pero con la llegada de las máquinas y la reubicación de los vendedores el monumento fue removido de su sitio y no se había vuelto a saber de él hasta cuando reapareció en el lote donde se ubicaron por unas semanas a los vendedores desalojados de Pueblo Pescado mientras era terminado el Mercado Popular del Oriente.
Ahora, cuando ya quedó solo en el amplio terreno al lado de la Ronda del Sinú, es cuando se observa detalladamente su deplorable estado.
El sombrero roto, su aspecto curtido y oxidado, además de unas tablas partidas que hacen las veces de pedestal evidencian aún más su indiscutible y notorio abandono.
La Administración Municipal informó a través de la oficina de Prensa, que dicho monumento ''será retirado para hacerle el respectivo mantenimiento o restauración, si es el caso, mientras se decide en qué plaza o en qué parque quedará definitivamente''.
Los días y el río Sinú corren en su total normalidad, obviando la situación del campesino estático, del cual casi nadie parece ver la importancia que reviste que tenga una privilegiada ubicación, no solo en un lugar de la ciudad, sino en el corazón de los ciudadanos.