Con el ánimo por las nubes y agradeciendo a Dios por la nueva oportunidad que se le presenta en el béisbol organizado, el segunda base barranquillero Dónovan Solano habló con EL HERALDO sobre el contrato de liga menor que firmó con los Yanquis de Nueva York. El pelotero, de 28 años, estará en febrero en los campos de entrenamiento y se puede convertir en el primer colombiano en jugar con los ‘Mulos de Manhattan’ en las Grandes Ligas.
¿Qué significado tendría para usted ser el primer colombiano y barranquillero en llegar a los Yanquis?
Sé que ningún colombiano ha jugado todavía con los Yanquis. Dios ha sido bueno en mi vida y con mi familia, siento que será un gran testimonio para el mundo. Estoy agradecido.
¿Cómo ve la actualidad de los Yanquis?
Cuando llegue allá miraré. Yo sé que los Yanquis son como el Real Madrid en el béisbol. Es el equipo con más prestigio, el que todo el mundo conoce y admira. Del que todos están pendientes y siempre ha sido un sueño de todos los peloteros de poder jugar en los Yanquis porque es una gran organización, pero el que quiere jugar en Grandes Ligas juega en cualquier equipo. Es una bendición poder jugar y ponerme el uniforme de los Yanquis.
¿Ya sabe con quién será la competencia en los Yanquis?
Yo voy a jugar lo que sea, quiero estar en el equipo y que la voluntad de Dios se realice en mi vida. Estoy dispuesto a pasar por donde Él quiera que yo pase. Voy abierto a aprender una nueva posición si es posible. El segunda base que llevaron es Starlin Castro, el paracortos y el tercera base serán los mismos. Como Dios quiera que juegue, así lo haré.
¿Cómo fue ese contacto con los Yanquis?
Con mi abogado, cuando comenzaron a buscar los equipos y el primer equipo que preguntó por mi fueron los Yanquis, después llegaron otros equipos a darme ofertas, pero nos decidimos por los Yanquis.
¿Cómo va a ser su trabajo en los campos de entrenamiento?
No he hablado con nadie de los Yanquis, acabo de firmar ahorita a finales de diciembre. La meta es mostrar lo que Dios me ha dado y la tranquilidad me ayudará. Sé que este año va a ser diferente al año pasado. Estoy invitado a entrenamientos de Grandes Ligas y ellos decidirán si me dejan o me mandan a otro lado.
¿Qué le dice su hermano Jhonatan Solano?
Me felicitó, me dijo que el reto era grande, pero estamos hablando de un gran nivel en Grandes Ligas. Mi hermano volvió con Nacionales de Washington, Dios lo llevó otra vez allá y estaremos viendo que pasará ahora. Dios nos sorprende con sus cosas y tenemos que darle gracias. Sé que Dios hará cosas grandes con nosotros.
¿Cómo ha sido la evolución de Dónovan Solano?
El hambre sigue siendo el mismo de poder hacer cada año las cosas mejores. La diferencia es la relación que tengo ahora mismo con el espíritu santo. Siento que se ve el cambio, lo puedo ver. En el béisbol pienso que no hay mucho cambio, puedo tener más experiencia. Sé que cosas grandes vienen para nuestras vidas.
¿Le agradece mucho a los Marlins?
Claro, siempre viviré agradecido donde Dios me ha colocado y en todos los lugares donde he estado. Él me ha enseñado algo. El tiempo por ahora en Marlins se acabó no sé si algún día volveré, pero es tiempo de ir en busca de otras cosas. Dios está creando cosas nuevas, mediante los Yanquis, en mi vida.
¿A nivel de números como fue su campaña?
No fueron los mejores, no tuve mi mejor año, pero mira lo grande que es Dios que me lleva a la mejor organización. Sé que vienen cosas buenas y hay que estar a la expectativa. No tuve muchos juegos, no me dieron la oportunidad de jugar, pero un buen plan de Dios viene en camino.
¿Qué extraña de Barranquilla?
Todo, allá está mi familia. Extraño la comida, pero cuando uno está trabajando debe cuidarse con eso. Donde uno nace esa va a ser la mejor ciudad.
Hace rato que no viene a Barranquilla. ¿Por qué?
Nació mi hijo y estoy por acá en Miami. Estoy contento, gracias a Dios, con mi familia y entrenando.