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La Fiscalía, en decisión conocida en exclusiva por EL HERALDO, advirtió que las 1.500 SAS creadas antes de la elección de la junta directiva en 2012 'cumplieron la labor para la que fueron creadas' y 'no para tener voz y voto en la elección'.

La fiscal 56 delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá, Olga Cristancho, archivó la investigación que se seguía por fraude procesal y falsedad en documento privado en el marco del escándalo de la elección en 2012 de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Barranquilla.

El documento, fechado el pasado 7 de septiembre y conocido en exclusiva por EL HERALDO, ordena archivar la pesquisa contra Lida Molina, Arturo Meza, Cristo Álvarez, David Cabrera, Diana Lohrer, Samuel Tcherassi y Ramón García.

La averiguación se inició por la denuncia que instauró el superintendente de Industria y Comercio, Pablo Robledo del Castillo, donde advierte de unas presuntas irregularidades en la creación supuestamente fraudulenta de un gran número de sociedades anónimas simplificadas, SAS, con la finalidad de votar en las elecciones de miembros de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Barranquilla para el periodo entre 2012 y 2014.

Para el despacho del ente acusador 'al presentar documentación errónea o al registrar datos no acordes con la realidad, se presume por parte del denunciante que la creación de estas 1.500 SAS tenía como objetivo solamente tener voz y voto en la elección de la junta directiva de la Cámara de Comercio el 5 de julio de 2012'.

Y advierte que 'se hubiere podido producir el fraude procesal de haberse registrado tal número de sociedades y estas no hubiesen cumplido la labor para la cual fueron creadas, o por ejemplo que nunca hubiesen existido como tal y nunca hubiesen cumplido su labor ante la Dian'.

No obstante, señala la decisión que en el caso concreto 'la Fiscalía, en cabeza de la suscrita, pudo determinar que la mayoría de estas SAS creadas justo antes de las elecciones de junta directiva de la Cámara de Comercio, han cumplido la labor para la cual fueron creadas'.

Concluye así la fiscal que la idea de crear las diferentes SAS consistía en 'sacar al mercado un producto muy económico con la finalidad de ayudar a los empleados para que vendieran ese producto de baja gama en sus respectivos barrios' y agrega que 'se mantuvo inicialmente un mismo domicilio porque fueron creadas por el líder y luego cedidas a sus empleados. Esta labor estuvo dirigida a través de la Fundación Tecnoglass'.

Estableció en este sentido el organismo investigador que en el caso de Tcherassi 'no se configura una inducción en error a la Cámara de Comercio por parte de Samuel Tcherassi y los empleados a los cuales se les cedieron las empresas' y que 'no hubo intención de engañar a ningún funcionario'.

Y en lo que respecta al punible de falsedad en documento privado, la Fiscalía afirma que no se tipificó, pues 'se cometieron errores que a la postre resultaron ser involuntarios, pero no tuvieron la intención de inducir en error a un funcionario ni mucho menos de falsificar un documento'.