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El nivel central de la Fiscalía ordenó la apertura de una indagación por los asesinatos de varios funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), algunos ocurridos en Barranquilla.

EL HERALDO conoció por distintas fuentes del ente acusador y la Policía que la investigación, denominada ‘eje temático Inpec’, fue encargada a la unidad nacional de Derechos Humanos.

'Debido a que se han presentado homicidios de servidores, al parecer, por el cumplimiento de sus funciones', dijo uno de los investigadores consultados.

La información conocida indica que las pesquisas se delegaron a esa unidad por las sospechas de que los crímenes no fueron aislados, sino sistemáticos.

SIMILITUDES

En varias sentencias contra exparamilitares, los tribunales de Justicia y Paz han definido que lo sistemático se asocia con los denominados patrones criminales.

'El conjunto de actividades, prácticas y modos de actuación criminal que se desarrollan de manera repetida en un determinado territorio y durante un periodo de tiempo determinado', expone un fallo.

En el área metropolitana de Barranquilla se registraron entre 2009 y 2013 las muertes a bala de Álex Hurtado Ariza, Juan Carlos Chagüi Cuéter, José Ramírez Gamarra, Leonard González Gómez y Daniel Mancera Bernal.

En 2012 también mataron al teniente Horacio Madachi De Ávila, en Cali, donde comandaba la vigilancia del penal de Villahermosa. Si bien aconteció en otra ciudad, Madachi era barranquillero y había trabajado hasta 2011 en la Cárcel Modelo, de donde fue trasladado por amenazas.

A excepción de Mancera, los demás también eran miembros activos o afiliados a alguno de los sindicatos del organismo.

Una fuente de la Fiscalía explicó que, por tratarse de miembros de un sector de la población, los seis casos tienen un patrón de criminalidad: 'la condición y calidad de las víctimas y las razones de su victimización (...)'.

BACRIM, DETRÁS

Las fuentes consultadas informaron que Derechos Humanos ha agrupado hasta ahora los expedientes de los homicidios de Chagüi, Madachi y González, en los que hay testimonios que señalan como móviles las funciones de las víctimas en el Inpec.

Los atentados fueron perpetrados además de manera similar: el sicario fue transportado en moto, hubo cómplices en carros para ubicar a las víctimas o ayudar al pistolero, se usaron pistolas y las víctimas fueron objeto de seguimientos.

Un investigador sostuvo que ello denota que 'detrás de los homicidios estuvo una estructura criminal con capacidad económica, jerarquías y roles definidos'.

González, por ejemplo, tenía el rango de distinguido y conformaba el Grupo de Verificación de Información (Gruvi) de la regional Norte. Ante la prensa y en audiencias, la Policía y fiscales han relacionado su muerte con los controles que hacía a las detenciones domiciliarias.

En sus labores descubrió que Senén Cedeño Camelo, alias Arturo, jefe de la banda los Rastrojos en la Costa, no permanecía en su casa por cárcel en Barranquilla.

González fue baleado en noviembre de 2012, frente a la Universidad Simón Bolívar, donde estudiaba Ingeniería de Sistemas. Tras recapturar a Cedeño en julio de 2013, en Cali, la Policía le atribuyó la orden del crimen.

'Este funcionario lideraba una investigación contra alias Arturo que involucraba a otros funcionarios de la institución carcelaria', dio a conocer en un comunicado.