Antes de dar a conocer el testimonio de Chucho, el fiscal Carlos Newball explicó la manera como fueron identificados los coautores del homicidio de Pinto Viloria. Las primeras labores consistieron en entrevistar a Dayana Hassim, esposa del funcionario, y al chofer Johan Beltrán Ulloque.
Ambos coincidieron en afirmar que a las 3:17, luego de que Beltrán la recogiera en la vivienda abordo del auto Kia ‘Stylus’, de placas IRY-418, tomaron la carrera 18 y conectaron con la vía Cordialidad. La Policía informó el 4 de mayo, tras el crimen, que habían salido 'con destino a La Guajira'.
Hassim y Beltran sostuvieron que en el camino fueron interceptados por un taxi ‘zapatico’, del que descendieron dos hombres armados que subieron al Kia y obligaron al conductor a regresarse a la residencia, donde estaba Pinto. El asesinato se registró alrededor de las 3:40 de la madrugada.
Con base en esas declaraciones, los agentes de la Dijín revisaron videos de entre 63 y 69 cámaras apostadas en la Cordialidad, donde hay gran cantidad de establecimientos comerciales y también varias que hacen parte del sistema de seguridad de la ciudad.
De todos los dispositivos, solo de seis o siete se extrajo material útil para la investigación. Entre esas una localizada en el segundo piso de una tienda, una de la Policía y otra que funciona en una estación de gasolina. 'Muestran rasgos de las personas y de los vehículos', dijo el fiscal Newball.
No hubo interceptación
Los investigadores de la Dijín centraron su atención en una de las cámaras que muestra el momento en que alias Chucho y alias Ñeco abordan el auto conducido por Beltrán, con la esposa de Hassim en su interior.
Pero contrario a lo manifestado por el chofer y la esposa de Pinto, el taxi no los interceptó, lo cual se constituye en uno de los cabos sueltos del caso en torno a la mujer, como EL HERALDO informó en su edición dominical de ayer.
'El taxi no lo intercepta como tal, sino que lo adelanta para más adelante disminuir la velocidad y él (Beltrán) disminuye la velocidad', advirtió Newball.
En esa secuencia se ve cómo Chucho y Ñeco bajan con tranquilidad del taxi, llegan a la ventanilla de Beltrán e ingresan al Kia. Luego el taxi se marcha y el auto se devuelve con destino a la casa donde estaba Pinto.
Placa del taxi
En la entrevista que rindió, Hassim aseguró que el taxi en el que iban los homicidas de su marido tenía las ventanas oscuras, y que las placas del vehículo comienzan con las letras UR o UV. Paralelo a esos datos, la Dijín estableció contacto con 10 informantes, entre los cuales uno coincidió con la viuda y manifestó que la placa es UYS-232.
Con tales coincidencias, la Fiscalía encargó al laboratorio de fotografía y video forense de la Dijín, en Bogotá, que extrajera la placa de las imágenes de las cámaras de seguridad. En su informe, el experto corroboró la información: UYS-232.
Lo que siguió fue la solicitud a un juez de garantías para que autorizara una búsqueda en las bases de datos de la Secretaría de Tránsito de Barranquilla y las empresas de taxis de la ciudad. 'Para tener toda la información del rodante utilizado para la comisión del homicidio'.
Fue así como dieron con el registro del carro de transporte público en la empresa Taxi Prado SAS, la cual proporcionó el nombre y apellido del conductor, y su número de celular. 'Encontramos que aparece Miguel Ángel González Reales'.
Señal de celular
Obtenido la línea de telefonía celular utilizada por González, la Dijín trajo a la ciudad un equipo localizador de señales. Y tras detectar 25 antenas de las empresas Tigo, Claro y Movistar, la Fiscalía presentó una nueva petición a un juez:
Que las empresas indicaran qué abonados telefónicos entraron y salieron el 4 de mayo, entre las 3 y 4 a.m., del área de recorrido del taxi conducido por alias Migue y el Kia maniobrado por Beltrán: desde la calle 46 con carrera 18, esquina de la casa de Pinto, hasta la Cordialidad con carrera 6, punto de la fingida interceptación.
'Y, vaya sorpresa, lo primero que encontramos es que el día de los hechos, a las 3:11, en la antena que pega en la residencia del doctor Pinto, se hizo una llamada del abonado de Johan a Miguel'. Continuó el fiscal: 'Es decir, llamó, antes de llamar a la doctora Dayana, al que conducía el taxi'.
En complemento de esa evidencia, otro informante señaló que los sicarios eran apodados Ñeco y Chucho, que con Miguel son vecinos de El Pueblito. En visitas de vecindario, varios residentes del barrio dijeron conocer a los tres y dieron sus nombres.
'Acudimos a una base de datos pública, como la Registraduría Nacional, y de acuerdo con informe de campo, se identifican a alias Ñeco y alias Chucho'.