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Marcos José Díaz Gómez, dueño de la hacienda El Rabón, ubicada en jurisdicción de Santa Rita, en el municipio de Remolino (Magdalena), aceptó los cargos que le imputó el fiscal 45 Especializado de la Unidad de Delitos contra el Medio Ambiente por daño a los recursos naturales agravado, en concurso sucesivo y homogéneo con ilícito aprovechamiento de los recursos naturales renovables.

La audiencia realizada el pasado viernes fue presidida por el Juez 10 Penal Municipal de Control de garantías de Barranquilla.

Los hechos fueron verificados en septiembre de 2015 cuando la Fiscalía realizó las inspecciones denunciadas por la destrucción ejercida a la Ciénaga Grande de Santa Marta, en diligencia interinstitucional con funcionarios de Parques Nacionales Naturales, Corpamag, Agustín Codazzi, CTI y la Policía Nacional.

Tras aceptar los cargos imputados por el representante de la Fiscalía, Díaz Gómez queda pendiente de ser sentenciado, diligencia de la que se espera se fije fecha.

Con Marcos José Díaz Gómez serían dos los hacendados condenados por la destrucción de los recursos naturales. El primero fue Rafael Hoyos Cañavera, dueño de la hacienda Los Patos, en cuyos predios se levantaron construcciones ilegales como diques y terraplenes que desecaban la Ciénaga Grande de Santa Marta, hecho denunciado por EL HERALDO y el cual fue meritorio del premio Simón Bolívar con el título: 'Así se están robando la Ciénaga Grande'. El empresario agrícola admitió su responsabilidad en los delitos de daño a los recursos naturales agravado y aprovechamiento ilícito de los recursos naturales.

Las condenas oscilan entre dos años y seis meses a ocho años de prisión.

El Rabón

En abril de 2015 la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag, puso al descubierto que al ecosistema de la Ciénaga Grande de Santa Marta personas inescrupulosas lo estaban desecando.

Funcionarios de la entidad decomisaron un buldócer y un equipo de bombeo en la finca El Rabón.

La maquinaria, de acuerdo con el reporte de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, se encontraba operando en una zona aledaña al caño El Condazo, margen sur del complejo lagunar, en la captación ilegal de agua para regar cultivos de maíz.

Un mes antes EL HERALDO había dado a conocer la existencia de maquinaria operando en esa zona, luego de que en un sobrevuelo se observara que con potentes bombas de succión, buldóceres y retroexcavadoras, el sur de la Ciénaga Grande de Santa Marta, en jurisdicción del municipio de Remolino, Magdalena, estaba siendo devastado por particulares, interesados en convertir el ecosistema en áreas de explotación ganadera y agrícola.

En el caso de la finca Los Patos, un informe de Corpamag, revelado por EL HERALDO, puso al descubierto el riesgo al santuario de fauna y flora que hay en la Ciénaga, declarado por la Unesco reserva de la biosfera mundial.

El informe detalla que en predios de la finca Los Patos se construyeron unos 27 kilómetros de dique (poco más de la mitad de la vía Barranquilla-Ciénaga) en el sur de la Ciénaga, la desecación y el acondicionamiento de terrenos, y la tala de vegetación– dentro del sistema de flora y fauna de la Ciénaga– para la construcción de un carreteable.