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Justo en la zona conocida como los ‘pulgueros’, ubicada entre las carreras 38 y 39 con calle 30, se halla una dinámica comercial que no necesita del anuncio de ofertas y promociones, pues se ha convertido en una alternativa diferente al comercio formal.

Allí, un grupo de cinco almacenes, anuncia en sendos letreros lo que parecería un imposible:

¡Ropa para damas, caballeros y niños desde mil pesos, menos que el costo de un pasaje de un bus de servicio público!

Centenares de personas de todos los estratos se agolpaban entre cajas y hurgan en un popurrí de prendas usadas de todos los colores, tallas y para todos los gustos, ‘buceando’ a placer entre este mar de trapo.

Óscar de la Treinta y el respiro para el bolsillo. 'La mayoría de las prendas que ofrecemos aquí son marcas americanas. Acá, con solo 20 mil pesos, una persona se lleva una pinta completa', asegura Daniela Villegas, administradora del popular local bautizado con el nombre de Óscar de la Treinta.

En cualquiera de los almacenes de cadena de la ciudad o en los del Paseo Bolívar, un solo jean no baja de los 50 a 60 mil pesos, con lo que en estos palacios del usado se pueden adquirir hasta tres pintas completas. Con medias incluidas.

Para el ebanista Aris Castro, es una ganga poder adquirir un par de camisetas deportivas y de buena marca, como él mismo lo recalca, por un valor de 8 mil pesos. ' Todavía el estrene del 24 lo tengo ‘embolatado’, pero estas camisetas me sirven para vacilarla los domingos', dice.

En Óscar de la Treinta, la prenda de menos valor se consigue en módicos 1.000 pesitos, menos que una gaseosa. Los vestidos de fiesta, la ropa para clima frío, como gabardinas y chaquetas, son las prendas de mayor valor que se pueden adquirir aquí, en unos 30 o 40 mil pesos, dependiendo su estado o de la marca.

Según su administradora, los clientes habituales son personas oriundas de la provincia, estudiantes y oficinistas que buscan la economía y la ropa diferente y casual. 'Aquí viene gente de todos lados y de todos los estratos. La gente de estratos altos busca generalmente ropa diferente y de marcas extranjeras'.

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Desde vestidos para ceremonias hasta medias y bufandas se pueden conseguir.

En el almacén El baúl de Vivi, según explica su propietaria, Viviana Villegas, un niño se puede vestir de la cabeza a los pies 'y bien bonito', como ella misma lo recalca, con tan solo $5.000.

'Aquí, en diciembre se mueve mucho la ropa para grados y para todas las ceremonias que se realizan en estas fechas. Un vestido bien bonito, que en los almacenes y las boutiques puede costar entre 200 y 250 mil pesos, uno los vende a 20 mil', afirmó.

La profesora de preescolar Íngrid de la Rosa indica que con tan solo 25 mil pesos logra adquirir 10 prendas variadas. 'Llevo ropa para los ‘pelaos’. Aquí, si uno busca bien, encuentra ropa que se puede lucir donde sea y a precios super económicos'.

Para Rafael Ballestas, residente del barrio Los Nogales, y un ‘pescador de marcas profesional’, poder conseguir a escasos 30 mil pesos camisas marca Nautica, Polo, Lacoste, entre otras marcas reconocidas, es un privilegio único.

Solo a mil pesos. 'Si compro una de esas camisas o camisetas en un almacén del Norte de la ciudad, no me bajan de $270 mil. Yo a veces lo hago. Pero, bueno, si las puedo conseguir acá y a este precio... mejor vengo acá', comenta.

Don Pedro es el propietario del almacén llamado la Distribuidora Don Pedro, uno de los más tradicionales de la zona. Según Don Pedro, este ha sido uno de los mejores diciembres de los últimos años. ' Vea, con estos precios, ¿quién no se anima? Aquí tenemos prendas para damas, caballeros y niños, por solo 1.000 pesitos. Esto ha sido una locura desde los primeros días de diciembre. Además, que aquí se encuentra ropa de muy buena marca, americana y muy barata, como en ninguna otra parte en Barranquilla', comenta.

Entre docenas de clientes rebuscando, concentrados en hallar la mejor opción para ‘enmecharse’ en esta temporada de festividades, encontramos a una amable abuelita residente del barrio Evaristo Sourdis, buscando la pinta para lucir flamante y como una ‘uva’ el 31 de diciembre. 'Estoy buscando una faldita y una blusita. A mi esposo ya le compré una camisa y un pantalón y me gasté 7 mil pesos. Yo siempre vengo acá porque se consigue ropa bonita y barata', dice.

Según Miguel Fernández, un mecánico de la zona, es difícil de entender que una persona se gaste entre 300 y 400 mil pesos en una camisa y un pantalón, teniendo a la mano una alternativa buena y barata como la que ofrecen estos almacenes. 'Eso es pa’ los bobos mi hermano. Con esa plata, aquí visto a tres familias enteras y los tres días de fiesta, papá. Oye si uno se compra aquí una buena ‘fraca’, un jean, medias..., hasta pañuelo, con solo 20 ‘luquitas’. Oye, y de buena marca y bien ‘metemono’. Y ¿quién me dice que no cuando me la vacile en el barrio el 24?', anota con ese ‘tumbao’ particular que ostentan los llamados bacanes ‘quilleros’.

Miguel se despide y sigue comprando en medio de la algarabía producida por el coctel ininteligible de canciones tropicales y voces amplificadas de los animadores de temporada que megafonean las promociones del momento.

También el Centro de Barranquilla —y en especial el Paseo Bolívar—, después de tres días de la primera quincena de diciembre, es un hervidero de compradores compulsivos.

'Calzado de niño a 25 mil pesitos, barato, aproveche, por solo 25 mil pesitos', anuncia con insistencia la voz impostada de un animador.

'A la orden, a la orden, ropa para dama económica y de calidad, justo lo que su bolsillo necesita, desde 30 mil', reza otra de las voces que puja en fiera competencia por convencer al potencial cliente.

Al final, todos buscan ‘la pinta’, ‘la mecha o ‘la percha’, para lucir en las fiestas de Navidad y Fin de Año. Con una única condición: que sea barata.