Eran las 2:30 de la madrugada del martes cuando Jesús Álvarez, de 19 años, despertó sobresaltado de su profundo sueño por los gritos de su madre. Saltó de su cama y lo que encontró en la sala de su residencia parecía escapado de sus peores pesadillas. Una feroz conflagración consumía los inmuebles de la vivienda de alquiler en la que reside con su mamá, sus dos hermanas y su sobrino de 3 años.
Cuenta el joven, que terminó de prestar servicios en la Policía el 30 de septiembre, que encontró a su madre desesperada en la sala intentando hallar las llaves de la casa para poder evacuar el inmueble que en ese momento era consumido por el fuego. Ella terminó gravemente afectada, con lesiones en por lo menos en el 90% de superficie corporal.
Con el fuego expandiéndose rápidamente por la vivienda ubicada en la carrera 41 No. 55- 19 del barrio Las Gaviotas, en Soledad, el humo y los gritos alertaron a los vecinos de la emergencia y estos se movilizaron de inmediato para ayudar a evacuar a los afectados.
Álvarez recordó que la reja estaba cerrada con candado y la llave estaba enredada entre las espumas que estaban prendidas en candela. En el sitio la familia fabricaba colchonetas y almohadas con espumas.
Las explosiones
'Mi mamá gritaba: ‘¡Jesús, Jesús la casa se prendió!’, y las espumas estaban en la mitad de la sala. Empezaron a estallar las máquinas de coser, la nevera, la moto y los vidrios de la ventana. Me fui para el patio y con una manguera intenté apagar el fuego pero fue imposible; me volé la paredilla del patio del vecino y salí por el frente para ayudarlos a salir', contó ayer por la mañana, aún afectado emocionalmente por el hecho y con visibles quemaduras en la nariz, frente, piernas y uno de sus pies.
De la vivienda solo quedaron ruinas, nada se pudo salvar. Entre los desechos y el olor a chamuscado, Javier hacía el recuento de su pesadilla que le dejó algunas heridas menores en un brazo a su hermana Maryoris Álvarez, de 20 años, y a su madre, Magalis Isabel Rivera, de 43 años, en estado crítico. El pequeño de 3 años se encuentra a salvo.
Edwin Alfonso Ortega se encontraba en el momento de la emergencia a escasos metros de la residencia departiendo con tres amigos más, cuando una serie de explosiones y el denso humo que salía de la vivienda los alertó.
'Escuchamos como una ‘tirotera’, como explosiones y llegamos de una. La familia estaba encerrada en un cuarto y ya había otros vecinos afuera. Nosotros nos montamos en el techo, rompimos las tejas y alcanzamos a meternos. Al primero que sacamos fue al niñito, después a la pelá y de último a la señora porque el hijo estaba afuera ya ayudando a sacarlos. Eso estaba recaliente y seguía explotando', contó desde una esquina del barrio.
De acuerdo con los testigos, la emergencia se extendió por unos 40 minutos hasta que hizo presencia la Policía y el Cuerpo de Bomberos del municipio de Soledad.
'La verdad es que siempre se demoraron en llegar, estuve con mi mamá en la esquina esperando un buen rato por un carro y nada y ella estaba muy mal, después llegó la Policía y nos montaron a todos en una patrulla y nos llevaron al Camino de Simón Bolívar, como mi mamá está mal la trasladaron a la clínica Reina Catalina', recordó el joven.
Jairo Quiroz, jefe médico de la clínica Reina Catalina, informó que el estado de Magalis Rivera es delicado, que presenta quemaduras de segundo y tercer grado. 'Está en la UCI de quemados con pronóstico reservado, presenta compromiso de las vías áreas y está siendo tratada con antibióticos, líquidos endovenosos, antiinflamatorios y estamos esperando que responda bien al tratamiento', indicó el galeno.