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Este miércoles se cumple una década del asesinato del sociólogo cienaguero, investigador y docente universitario Alfredo Rafael Correa de Andréis. El 17 de septiembre de 2004 paramilitares en cooperación con miembros del desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, lo ejecutaron por ser, supuestamente, ideólogo del Frente 59 de las Farc, nexos que la justicia colombiana desestimó, y cuyo proceso terminó con la condena a 25 años de cárcel del exdirector de ese organismo de seguridad, Jorge Noguera Cotes. (Ver Crimen de Alfredo Correa )

El docente fue víctima de un plan orquestado con pruebas ficticias, testimonios fabricados de guerrilleros desmovilizados y testigos que no existían, entre otros materiales probatorio irregulares. Por el material, el catedrático fue capturado el 17 de junio de 2004 en su casa de Barranquilla y, tras ser indagado y al no ser halladas pruebas valederas y después de estar recluido en la cárcel El Bosque, fue dejado en libertad el 14 de julio.

Para la época de su muerte, Correa de Andréis llevó a cabo investigaciones sobre patrimonios y personalidad jurídica de los desplazados en La Cangrejera, Pinar del Río y Loma Roja del área rural de Barranquilla. Cuatro años antes hizo un estudio en Nueva Venecia (Magdalena) sobre los riesgos que tenía para el medio ambiente y para la comunidad el montaje de un puerto carbonífero en el sector de Palermo. Sus trabajos defendían los derechos humanos y eso le estigmatizó.

Ese viernes 17 de septiembre, Alfredo Correa caminaba junto con su escolta por la carrera 53 con calle 60 en Barranquilla. El sicario primero mató a su acompañante, luego, según testigos, Alfredo dijo '¡hey, loco, no dispare!' antes de que acabaran con su vida.

Una excusa obligada

En 2013, en el noveno aniversario de su muerte, Ricardo Giraldo Villegas, director del DAS en supresión, pidió disculpas públicas en nombre del Estado por la muerte de Alfredo Correa De Andréis, luego que en el 2011 la Corte Suprema de Justicia ratificara la responsabilidad en el crimen de Jorge Noguera y les obligara a indemnizar a la familia y a pedir perdón.

'Con este acto simbólico, a manera de reparación, reconocemos a sus familiares y a la sociedad los errores cometidos', dijo el funcionario; 'Yo no perdono', respondió Alfredo Correa Galindo, su padre en el mismo acto. (Escuchar audio de la excusa pública )