Con 92 años, Miguel Reyes Palencia conserva rasgos de lucidez para narrar, en detalle, los hechos del 20 de enero de 1951, que sentaron las bases a Gabriel García Márquez para escribir Crónica de una muerte anunciada, considerada una de las obras más reconocidas del Nobel colombiano.
Miguel Reyes conoció a Gabo desde la infancia y compartió con él grandes momentos en Sucre, municipio en el que cursaron varios años de escuela y donde se desarrolló el relato que el escritor cataquero publicó por primera vez en 1981.
'Con Gabriel jugábamos a las bolas de uñita, a la cometa. Lo único que no hacía Gabito era trompear con nosotros, no le gustaba la pelea; él era un tipo manso, sencillo, desde chiquito mostraba lo suyo', indica.
Reyes asegura que Gabo dejaba de jugar para contarles historias a él y a sus amigos. 'Nos arrinconaba en una esquina y nos echaba un cuento'.
‘El cuentista doctor ‘Gere Gere’ fue el apodo con el que en esta población de La Mojana era conocido el Nobel. 'No me pregunten por qué, porque no sé, pero así le decíamos', declaró.
Según Reyes, Gabo presenció su boda. 'Gabriel me felicitó por mi matrimonio con Margarita, incluso creo que él fue padrino', añadió.
El relato. A raíz del asesinato de Cayetano Gentile, gran amigo de García Márquez según Reyes, decidió reconstruir el relato de 'la muerte anunciada'.
'Como él de cada momento hacía una obra, él aprovechó esa situación para narrar los hechos', puntualizó Reyes Palencia.
'Se llama muerte anunciada porque cuando los hermanos de Margarita salieron tras Cayetano iban por la calle gritando: lo vamo’ a matar, lo vamo’ a matar', aseveró.
La historia fue publicada 30 años después de ser escrita, de acuerdo con Reyes, obedeciendo a la solicitud de Luisa Santiago, madre de García Márquez, de no divulgar la novela mientras su amiga Hermelina Salas –madre de Margarita– estuviera viva, y así fue.
Miguel Reyes, más allá de Bayardo. Tras el matrimonio fallido con Margarita Chica, Miguel Reyes se radicó varios años más tarde en Barranquilla donde, entre otras ocupaciones, se desempeñó como gerente de ventas para la Región Caribe de una revista internacional y fue socio activo del Club de Leones Prado. Además, laboró en dos importantes empresas aseguradoras. Posteriormente residió en Nueva York (EE.UU.), ciudad donde trabajó por varios años para una compañía americana.
Reyes Palencia contrajo nupcias civiles con Enriqueta Obregón, unión de la cual nacieron 12 hijos.
'Desde el trágico matrimonio no volví a ver a Margarita. Dos o tres años después, no recuerdo, ella me llamó y le colgué el teléfono sin mediar palabra. Al día siguiente decidí hablarle y nos encontramos; nos fuimos de paseo como por 15 días a Santa Marta', relató.
Además explicó que, tras el fallecimiento de su compañera sentimental, el 7 de abril de 1997, Margarita Chica llegó a su casa, ubicada en el barrio Bellavista de la capital del Atlántico, a darle el pésame y le propuso mudarse con él para convivir como pareja, pero Reyes no accedió. Sin embargo, según relata, vivieron aventuras por tres meses.
'Después de eso no la volví a ver. Años después, cuando regresé de Nueva York, me enteré que (Margarita) había muerto y fui a Sincelejo a visitar su tumba y le llevé una corona de flores blancas', refirió.
El sobreviviente. 'Ser el único personaje de García Márquez que aún vive es una cosa normal, yo soy el único porque no me he muerto', comenta entre risas, 'no lo tomo como algo del otro mundo'.
Y agregó: 'Gabriel, que era el personaje principal, se murió; de manera que no le extrañe que yo mañana o pasado me vaya con San Pedro también'.
Para Reyes Palencia, 'las letras literarias de Colombia han perdido un gran elemento, la muerte de Gabriel es un duelo universal. Hemos tenido buenos escritores, pero no fueron tan grandes como García'.
La verdad, tras 50 años
El relato desde Bayardo. Miguel Reyes también escribió su perspectiva de los hechos del 20 de enero de 1951. Publicada en agosto de 2007, ‘La verdad cincuenta años más tarde’ nació, en sus palabras, para entregarle todas las respuestas a 'la gente que tenía la preguntadera'. 'Le puse la verdad porque es exactamente lo que pasó', asegura, al tiempo que explica que ya tiene lista la segunda edición del libro, pero le faltan recursos para financiarlo.