Con un fallo de tutela, la Sala Cuarta de la Corte Constitucional amparó los derechos fundamentales de Leonardo David Mizzar Vargas, o Jessica, como prefiere que lo llamen, a la igualdad, a la integridad, al libre desarrollo de la personalidad, a la honra, al buen nombre y a la libre circulación, presuntamente transgredidos por la Policía Metropolitana de Barranquilla.
La Corte también exhortó a la seccional policial para que se abstenga de retirar de los alrededores del coliseo cubierto Humberto Perea a las personas del mismo sexo que se reúnen y realizan 'manifestaciones públicas de cariño'.
Según el alto tribunal, la Policía puede intervenir cuando se encuentre realizando una conducta que atente contra la moralidad pública y la convivencia pacífica de la comunidad o esté practicando actos propios de la esfera íntima de la pareja.
Leonardo o Jessica asegura que 'fui víctima de abuso de autoridad en el 2010 y desde entonces no han parado de agredirme verbalmente. Por ser miembro de la comunidad LGBTI me violan los derechos humanos, no llevan un debido procedimiento, no individualizan los casos cuando hay una falta'.
Precisa que son varias las quejas disciplinarias que ha interpuesto en los últimos cuatro años contra la Policía Metropolitana.
'Siempre que estoy en la calle me prohíben transitar, me prohíben tener manifestaciones de cariño con mi pareja', expresa.
Mizzar Vargas afirma que 'las mujeres trans somos las más agredidas por ser las más visibles'. 'Son las que más sufren la burla y la intimidación de las autoridades' dice.
Señala que esa actuación de la Policía es más grave cuando por su condición de transexual se convierte cada noche en Jessica. 'Cuando estoy vestido con prendas masculinas no'.