Este bien podría ser un dejá vu o el recorte de un periódico viejo. Es una noticia mil veces contada, el eco de una denuncia repetida frente a oídos sordos. Los vecinos del Jardín Botánico están desesperados por el abandono del lugar.
La petición se ha convertido en un deseo de cada año nuevo para los moradores de los barrios La Victoria, La Alboraya y zonas cercanas. Cada enero empieza con la esperanza de ver de una vez por todas resueltos los problemas que les genera el estado en que se encuentra el mal llamado Jardín Botánico de Barranquilla.
En el papel el Jardín es un oasis de siete hectáreas, el cual, se ideó como un gran espacio natural con un vivero, senderos peatonales, una media torta y un gran mariposario que sería el más grande de Suramérica, entre otras cosas.
Estos 63.318 metros cuadrados son el único pulmón verde del suroriente de la ciudad. ¿Qué habría pasado con este espacio en ciudades como Medellín o Bogotá?
‘Ni jardín, ni botánico’, tituló EL HERALDO en una nota del año 2008. Con el paso del tiempo la situación ha ido empeorando. El deterioro y la contaminación saltan a simple vista.
El cauce del Arroyo que atraviesa el Jardín está taponado de escombros y basuras. Los gaviones se desmoronaron hace días y el paso del agua lluvia amenaza la estabilidad de las casas vecinas.
El cercado se cayó y lo que queda de la malla externa se lo han ido robando. Y ni para qué hablar del estado de las canchas deportivas y el parque infantil.
Un rosario de plegarias. Según los afectados, durante años los distintos entes del Distrito se la han pasado ‘tirándose la pelotica’.
Desde el desaparecido Iduc, la Secretaría de Deportes, pasando por el Foro Hídrico, el Damab hasta Edubar han sido testigos del clamor de la comunidad. En ninguno han recibido respuestas, ni soluciones de algún tipo, solo promesas.
Por su parte, el presidente de la Fundación Jardín Botánico, Rafael Ladrón de Guevara solicitó, el pasado mes de diciembre, ante las autoridades competentes declarar la urgencia manifiesta en el Jardín “debido al abandono y deterioro ecológico, paisajístico y urbanístico en que se encuentra, por el sistemático proceso de erosión producido por las aguas lluvias, el deterioro los gaviones, y el 50% del cierre perimetral”.
Edilberto Vega, habitante del barrio, dice que siempre se escucha que la recuperación del Jardín está en proyecto pero nunca se ejecuta. Su hija Érika, 10 años, sueña con verlo bonito alguna vez.
Lo último que le dijeron en la Alcaldía a Ladrón de Guevara es que el Jardín será mejorado con plata del proyecto de Valorización II, ojalá sea cierto. Y si no, será que no queda algo de los 72 mil millones incluidos en el presupuesto del 2012 para saneamiento ambiental y recuperación de parques, para hacer florecer de una vez por todas el Jardín.
Por Rainiero Patiño Martínez