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En el sitio la Ye, entre las veredas La Cristalina y La Secreta, en la Sierra Nevada de Santa Marta, el sargento Hugo Velasco y sus 37 bomberos indígenas de Riosucio, Caldas, entregaron el parte de satisfacción después de luchar durante tres días contra las llamas que en diez días habían consumido unas 2.000 hectáreas de bosque seco.

'El incendio forestal ha sido controlado, hemos cumplido una vez más con la misión encomendada', dijo el suboficial a la delegada departamental de bomberos del Magdalena, capitana Lourdes Peña.

El grito de triunfo de los bomberos de la etnia Emberá Chamí, del resguardo San Lorenzo, se escuchó en el macizo intertropical.

Al tiempo que los bomberos indígenas bajaban la montaña, el helicóptero de la FAC, que desde el aire apoyó la tarea de extinción de las llamas, volaba rumbo a su base.

El sargento Velasco manifestó que no fue una tarea fácil pues hubo factores adversos que tuvieron que sortear. 'Estábamos en una zona muy montañosa, un terreno muy seco y el acceso era muy quebrado, había mucha pendiente', comentó.

Añadió que el trabajo que llevaron a cabo fue de 'ataque directo, frente a la candela haciendo guardarayas'.

'Era tanta la entrega de los bomberos por controlar la conflagración que hubo un día (el domingo) que estuvimos en el ejercicio de nuestra función hasta la una de la madrugada', agregó el sargento Velasco.

Añadió además que una de las acciones que cumplieron al llegar al área en problemas, fue salvar una vivienda que estaba a punto de ser devorada por las llamas.

Para el suboficial de los bomberos indígenas de Riosucio, otro aspecto que lograron vencer fue el impacto del clima, pues venían de una temperatura media y baja y se encontraron con una alta, superior a los 40 grados centígrados.

'Por suerte ninguna de las unidades padeció por este aspecto, pero nos causó una gran preocupación', señaló.

La comandante del cuerpo de bomberos de Ciénaga y delegada departamental de la entidad, felicitó a los indígenas, los abrazó y les hizo extensivo el aplauso de todos los magdalenenses por tan importante gesta.

'Ustedes son ejemplos para el país', precisó.

Cuando ya los bomberos indígenas había descendido de la Sierra Nevada, estando formados en frente a la carretera troncal de Oriente, en el sector de La Aguja, con lágrimas en los ojos el sargento Hugo Velasco les dijo a sus unidades: Vinimos 38 y nos vamos 38.