Compartir:

La muerte por envenenamiento de perros en El Rodadero, tiene en alerta a las autoridades sanitarias de Santa Marta y preocupados a los moradores del balneario.

Las estadísticas oficiales dan cuenta de 12 animales fallecidos en los últimos tres meses pero comentarios de residentes en el turístico lugar relacionan 30, aproximadamente.

Pese a que se desconoce quien o quienes estarían detrás de esta irracional acción, la Alcaldía tomó cartas en el asunto y anunció que presentará en las próximas horas la denuncia correspondiente ante la Fiscalía, advirtiendo que para tal fin se valdría del informe que entregue el veterinario Víctor Leonardo Medina Mora, a cuyo cargo ha estado la atención de la mayoría de los caninos afectados.

El hecho –que recurrentemente se da desde inicios de la Semana Santa– fue rechazado por las entidades defensoras de animales que han pedido al gobierno distrital no desfallecer en la búsqueda de mecanismos que eviten más víctimas.

'Rechazamos esta agresión contra los indefensos perros y reclamamos de las autoridades competentes una acción más efectiva', dijo la presidenta de la veeduría ciudadana para la protección de animales, Marina Esther Amaya Labastidas.

Exhortó igualmente a la administración pública local la construcción de un refugio con todas las de la ley y la conformación de una junta defensora de animales.

Aurelio Rosales, presidente de la Junta de Acción Comunal de El Rodadero, dijo que aunque la mayoría de los perros muertos son de los denominados callejeros, también han padecido mascotas que sobrevivieron porque fueron llevados a tiempo al veterinario.

'Estamos quizás frente a personas con un auténtico perfil de asesinos', dijo Álvaro Hurtado, amo de ‘Kiko’, un french poodle que se salvó de morir.

El médico veterinario Víctor Leonardo Medina, manifestó que ha conocido un total de 16 casos de envenenamiento y que de estos, 12 tuvieron un desenlace fatal. 'El resto sobrevivió gracias al oportuno tratamiento científico', anotó.

Indicó que los perros presentan vómitos, diarreas, hipersalivación, alteración del sistema nervioso y convulsiones.