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Luego de un consejo de seguridad presidido por el alcalde (e) de Cali, Javier Pachón, las autoridades de esa capital determinaron redoblar los controles de seguridad en los alrededores de la zona donde ocurrió la masacre que dejó ocho personas muertas , entre las que, dijo la Policía, se encuentra el capo de las drogas sintéticas, conocido con el alias de J1.

Para el gobierno local es de vital importancia salvaguardar la zona porque allí se localizan lugares permanentemente concurridos como universidades, centros comerciales, sitios de recreación y condominios. En vista de que la sociedad caleña teme que se pueda venir una escalada violenta a causa de las vendettas entre mafiosos, Pachón emitió un parte de tranquilidad asignando suficiente personal uniformado para asumir las labores de control y prevención.

El burgomaestre agregó que incluso los homicidios en la ciudad se han reducido luego de la desarticulación de 49 bandas dedicadas a la delincuencia y en cuyos operativos resultaron capturados algunos integrantes de los Buenaventureños y los cabecillas identificados con los alias de Negro Orlando, Chico, Palustre y Guacamayo.

De acuerdo con las primeras declaraciones recogidas por los investigadores, a la casa campestre del sector La María, sur de Cali, llegaron 15 personas que estuvieron reunidas durante un rato y luego se escuchó la riña, al cabo de la cual resultaron muertas ocho de ellas con tiros de gracia en la cabeza.