A pesar de que hoy Colombia ha concretado 14 TLC con países de todo el mundo y hace poco más de un año entró en vigencia el acuerdo con Estados Unidos —el que más expectativas y rechazos generó—, las cifras del comercio exterior todavía no registran crecimientos significativos.
En el caso de la región Caribe, llamada a ser la principal beneficiada con esta estrategia de comercio internacional, entre enero y junio de 2012 se exportaron unos 3.058 millones de dólares y se importaron 3.846 millones; mientras que para el 2013, en el mismo período, las cifras de exportación se situaron en 3.391 millones de dólares y las importaciones en 3.485 millones.
Aunque las cifras no evidencian un impacto importante de los TLC, es de esperar que la tendencia cambie dentro de 4 o 5 años, para lo cual la región tendrá que estar preparada. En este contexto, y para discutir sobre los diferentes aspectos, positivos y negativos, de los tratados comerciales firmados por Colombia, así como de las nuevas perspectivas para enfrentarlos, el IEEC de Uninorte realizó el panel 'TLC y Gran Caribe', en el marco de la Cátedra de Economía del Caribe, el 3 y 4 de octubre.
Perspectivas para la región. En principio, para la región las perspectivas de los TLC son más que positivas. Su ubicación geográfica la obliga a ser protagonista de este proceso, pero para aprovecharlo la región tendrá que asumir una serie de retos fundamentales. Rafael García, decano de Ciencias Administrativas, Económicas y Contables de la Universidad Autónoma del Caribe, quien participó en el panel, señaló que hay muchas tareas por desarrollar frente a los TLC en la región.
'Hay que posibilitar unos sistemas de innovación abierta, no solo a nivel empresarial sino también territorial; la infraestructura hay que mejorarla, la oferta educativa debe enfocarse en infraestructura e innovación', expresó. La región en general presenta una infraestructura inadecuada para desarrollar los TLC, por eso se están haciendo grandes esfuerzos desde todos los involucrados para cambiar esta situación.
Puntualmente para Barranquilla, García considera que es una ciudad que se mueve mucho, que tiene capital humano, la facilidad de aprender, de cambiar, de innovar. 'En cinco años tendrá una gran capacidad portuaria y en infraestructura', aseguró.
Oportunidad desaprovechada. Para Mario Soto, negociador del TLC con Estados Unidos, los barranquilleros también afrontan grandes retos para el futuro. 'No se han dado cuenta que esto ya arrancó, prefieren esperar qué va a pasar'. A la ciudad está entrando mucha inversión extranjera y nacional que aprovecha de mejor manera las oportunidades que se han abierto.
'Barranquilla está dejando de ser de los barranquilleros', aseguró Soto. Si los habitantes de la ciudad, no se ponen las pilas vendrá gente de otros lados a hacer lo que ellos no están haciendo.
'Dentro de unos años habrá doble calzada desde Medellín a Barranquilla y desde Bogotá a Barranquilla, y nosotros nos preguntaremos: ¿cuándo no había esas dobles calzadas quiénes podían sacar provecho de esto? Nosotros, y no lo hicimos', expresó.
¿Cómo competir con desventajas?. Varios de los acuerdos comerciales que tiene Colombia son con países mucho más sólidos que el nuestro. La superioridad se puede observar en lo que exportamos nosotros y lo que exportan ellos. Por ejemplo, en el TLC con Estados Unidos, el primer bien que exportamos desde Colombia fue flores, y el mismo día Estados Unidos nos mandó motos Harley Davidsons.
'Eso nos muestra la asimetría que teníamos en el tratado. Colombia tiene que empezar a usar los tratados para generar productos con valor agregado, no nos podemos quedar exportando café y flores toda la vida', expresó Soto.
Para empezar a exportar productos con valor agregado el trabajo debe enfocarse en promocionar el desarrollo tecnológico y científico en las pequeñas y medianas empresas, que conforman más del 90 % de las empresas del país. En este sentido los empresarios también tendrán que hacer esfuerzos con tal de mejorar lo que hacen.
'Los empresarios siempre se confiaron en que el gobierno iba a hacer la tarea por ellos, pero cuando se dieron cuenta de que ya los tratados fueron negociados y que el gobierno no tenía una infraestructura montada para protegerlos, tuvieron que empezar a pensar cómo sacarle ventaja, cómo enfrentar los retos y cómo crecer con los tratados. Se debía hacer desde antes, no se hizo, ahora toca hacerlo sobre la marcha', explicó Soto.
Falta apoyo a la industria. Silvana Insignares, profesora del departamento de Derecho y Ciencia Política de Uninorte, dijo que la competitividad hay que abordarla desde dos puntos de vista: uno económico y otro jurídico. El segundo, que le compete al Gobierno, está enfocado en la generación de políticas que beneficien las pequeñas industrias del país por medio de estrategias.
'Tenemos que pensar que deben existir normas que generen o propicien todo el fortalecimiento de los factores productivos en nuestro mercado doméstico. Debemos establecer políticas públicas adecuadas para que los empresarios puedan insertarse en un mercado competitivo y global, a través de incentivos, ayudas a la tecnificación y hay una necesidad de encontrar un valor agregado a los productos que actualmente se exportan', expresó.