El responsable de la policía política de la dictadura chilena, Manuel Contreras, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, aseguró ayer que nadie murió en los centros de detención de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dina), a su cargo.
En una entrevista realizada por la cadena CNN Chile en el penal Cordillera, el general en retiro aseguró que mil detenidos desaparecidos están en diversas fosas comunes en el Cementerio General de Santiago.
Contreras negó la práctica de torturas argumentando que 'no estaba ordenado ni dispuesto y nadie podía hacerlo' y rechazó la veracidad de los informes Valech y Rettig, que documentaron que los agentes de la dictadura mataron a 3.197 personas, de las cuales 1.192 todavía permanecen desaparecidas.
Contreras reconoció que unas 200 personas fueron lanzadas al mar, pero atribuyó la responsabilidad de esos hechos a la Fuerza Aérea.
Por otro lado, negó que la exmandataria y candidata presidencial Michelle Bachelet, y su madre, Ángela Jeria, fuesen torturadas en Villa Grimaldi, uno de los lugares de detención que estaba a cargo de la policía política del régimen.
Víctimas de desapariciones por parte de la dictadura chilena calificaron las declaraciones de Contreras como mentiras descaradas.