Maravilloso, fantástico, el mejor jugador del área de gol del mundo en el momento, deportista ejemplar y esperanza de la afición futbolística de Colombia en las eliminatorias al Mundial de Brasil en 2014. Eso dicen de él. También le llaman El Tigre y, ahora, El Depredador.
Nos referimos, obvio, a Radamel Falcao García Zárate, nacido en Santa Marta el 10 de febrero de 1986, cuyos elogios de hoy se desprenden del formidable desempeño que tuvo el miércoles en la noche en Bucarest (Rumania) para llevar a su equipo, el Atlético de Madrid, al campeonato de la Liga Europea, el segundo torneo de importancia en ese continente.
Falcao anotó dos goles que hicieron recordar las destrezas de Iván René Valenciano para desprenderse de sus rivales teniéndoles encima y colocar el balón por fuera del alcance del portero y a la fanaticada en el paroxismo. Son goles para la historia porque es la segunda vez que gana el mismo torneo. La primera fue el año pasado con el Porto, de Portugal. Además, porque completa un ya extenso récord de éxitos personales y colectivos que le ubican, según el histórico Pibe Valderrama, su paisano, como el mejor futbolista de la historia de Colombia.
Qué bien nos llegan a los colombianos los logros profesionales de Falcao. Nos enorgullecen otros integrantes de la Selección Colombia pero nos ha faltado casi siempre el “centavo para el peso”. Los entendidos lo llaman un goleador enchufado. Falcao tiene el mérito de haber estado en el lugar indicado en el momento oportuno y con sus disparos, además de virtuosos como manifestación de belleza deportiva, besando las redes. Y esto es lo que necesitamos para llegar a Brasil y, además, con la frente en alto.
Es un caso similar al de Edgar Rentería, predestinados a base de esfuerzos y disciplina a estar presentes en los precisos momentos de la gloria.
La biografía de Falcao (el nombre proviene de otra estrella que brilló al lado de Pelé en México 70) no tiene referencia negativa en ninguno de sus episodios. Hijo del futbolista samario Radamel García se crió también en Bogotá y Venezuela, donde le llevó su padre y le facilitó el aprendizaje del fútbol y del béisbol.
Debutó en el profesionalismo antes de cumplir 14 años el 28 de agosto de 1999 con Lanceros Boyacá, de segunda división. En 2001 ya estaba con River Plate, de Argentina, y de 2005 al 2009 perteneció a la plantilla titular. En 2005 perteneció al célebre equipo de jóvenes que ganaron para Colombia el campeonato Sub 20 y recientemente ha pertenecido a la selección de mayores. En 2009 Ríver lo vendió al Porto, donde su adaptación fue inmediata: a los seis meses ya había anotado 11 goles en 19 partidos. En su primera temporada marcó 34.
Falcao es el primero en ser el máximo goleador en dos ediciones consecutivas de la Liga Europea en sus 41 ediciones: marcó 17 con el Porto y 12 con el Atlético. Con 29 goles empata con Dieter Müller, como segundo goleador del torneo solo superados por Larsson (31). Marcó en todos los partidos de la Liga, lo que le hace el jugador más valioso de su equipo. Atlético sumó el récord de 12 victorias seguidas en un torneo internacional.
Otros logros son: el colombiano con más goles en Europa, superando en abril de 2011 las 62 anotaciones conseguidas por Juan Pablo Ángel en Aston Villa entre 2001 hasta 2007. Falcao le superó en menos de dos temporadas. Jugador colombiano con más anotaciones en competencias europeas, con 32 tantos. Primer jugador en la historia de la Liga Europea en marcar 3 tripletas en una misma temporada. Jugador más caro vendido en la historia del Porto en la Primera División de Portugal y más caro comprado en la historia del Atlético de Madrid (40 millones de euros).
Con esto se convirtió en el colombiano más costoso hasta el momento de su contratación. Primer jugador colombiano en marcar 100 goles en Ligas Europeas de Fútbol. Primer jugador en anotar gol en dos finales consecutivas Liga. Y máximo anotador del Atlético de Madrid en una misma temporada en competición internacional.
Dicen que Falcao ha crecido tanto que se volvió insostenible para el Atlético de Madrid. Que bueno que se crezca en los momentos en que más lo necesitemos para ganar con la Selección. No hay duda, con él ha renacido la esperanza.