La torcida de Gremio se quitó anoche ante Junior un doble peso de encima: le ganó 2-0 al único equipo que lo había vencido en esta Copa Santander Libertadores y, lo más importante, se clasificó a la segunda fase de este torneo.
El equipo dirigido por Renato Portaluppi fue certero en el momento preciso, cuando mejor jugaba Junior. Primero con Lucio, a los 34 del primer tiempo, y después con Borges, a los 15 del segundo, tanto con el cual le sacó el aire a los barranquilleros.
La avalancha que se esperaba del Gremio en la primera parte no fue tal. Junior lo adormeció a medida que transcurrían los minutos con buen dominio de la pelota, con fútbol asociado, agresivo y concentrado en la marca. El local no encontraba espacios para llegar con claridad a los predios de Viera, aunque lo intentaba de miles maneras, con Gabriel por derecha y con Lucio por izquierda.
La bulliciosa torcida de Gremio poco a poco fue quedándose en silencio ante el trabajo eficiente de los dirigidos por Quintabani y una tocata al mejor estilo brasileño. El único punto flaco era el costado de Jáider Romero, quien casi siempre llegaba tarde al cierre. Por allí Lucio encontraba libertad para maniobrar.
Gremio no creaba mayor zozobra en el arco del Junior y el equipo rojiblanco, aunque cuando agarraba la pelota le daba buen manejo, tampoco tenía profundidad. No obstante, fue Junior el que pudo herir primero a Gremio, cuando Bacca en una veloz carrera en la que dejó regados a los defensas del club brasileño. Cara a cara con el portero Víctor, lo dejó en el camino y cuando se disponía a rematar, e irse a celebrar, de atrás lo despojaron de la esférica.
Pero cuando mejor agrupado estaba Junior, cuando la confusión empezó a aflorar en Gremio, cuando no encontraba el camino, vino la gran acción y mejor definición de Lucio, el mejor jugador del equipo de casa. Por algo acá dicen que este es el jugador que le da la claridad a Gremio. Apareció y puso a ganar a su equipo. La torcida cantó el gol con el alma como también coreó el nombre de su autor.
Junior fue al frente y por poco se va al descanso con el empate. Giovanni, que le había dado buen trato al balón, buena circulación, pero no había sido tan punzante, esta vez sí lo fue cuando filtró un balón para Bacca, que nuevamente ganó en potencia, enfrentó por segunda ocasión a Víctor, lo eludió y remató, pero Bruno Collaço apareció como un fantasma y evitó un gol hecho.
En la segunda parte, Junior se apropió por completo del esférico, como lo hizo en Barranquilla cuando estaba abajo en el marcador, pero las jugadas de riesgo las ponía Gremio. De hecho a los 15 sentenció el juego con Borges, que había tenido varias oportunidades de hacerse presente en el marcador.
Esa anotación fue un tiro de gracia para los rojiblancos, como lo fue también la expulsión de Jáider Romero, aunque el equipo no se descompuso. Otálvaro tuvo que bajar a ocupar la posición del cesarense, pero eso no fue obstáculo para que Junior siguiera proponiendo y puso alcanzar el descuento en dos jugadas creadas por Bacca, la primera para Amaya, que tapó el arquero y la segunda para Giovanni, quien remató de media chilena para otra tapada monumental de Víctor.
Con un hombre más en la cancha, Renato quería más goles y por eso envió a la cancha a Marcos Vinicius y sacó a Rochemback. Sonora ovación para el exBarcelona, como para Lucio, ídolo de la hinchada tricolor.
En Junior, con la suerte prácticamente echada, Quintabani excluyó a Giovanni y a Bacca, pensando ya en el duelo del domingo contra Itagüí, por la Liga Postobón.
Gremio cortó la marcha triunfal del Junior en esta Copa Santander Libertadores. Le cortó la cadena de victorias que llevaba, pero todavía hay la posibilidad de cerrar primero del grupo y para ello basta derrotar a León de Huánuco, el próximo jueves en el Metropolitano.
Tres razones de la derrota
1. Se creó, pero no se anotó. Carlos Bacca tuvo dos claras en el primer tiempo, mano a mano con el portero, salió ganancioso en ambas, pero a la hora de la puntada final, apareció un rival para impedir que marcara.
2. El sector derecho marcado por Jáider Romero fue un portón abierto para Gremio. El cuadro brasileño generó por allí sus mejores opciones de gol con combinaciones, triangulaciones y la habilidad de Lucio.
3. Gremio tuvo lo que no tuvo Junior: acierto al momento de definir. Fabricó más ocasiones de gol y también fue más eficaz que el cuadro barranquillero. Con el aliento de su afición intentó imponer su condición de local.
Manuel Ortega
Enviado especial
