Compartir:

Tendrá lugar este viernes en Bogotá un encuentro nacional promovido por la Unidad para la Atención y Reparación de Víctimas, UARIV, en el que se contará la experiencia que en esa materia ha acumulado la alianza entre la Gobernación del Atlántico y las alcaldías de Sabanagrande, Malambo, Soledad, Galapa, Baranoa y Puerto Colombia, con la coordinación operativa de Fenalco Atlántico.

En esencia, se trata de un proyecto de generación de ingresos e inclusión laboral cuyas beneficiarias son mujeres cabezas de 600 familias. El objetivo es hacer productivos a grupos familiares de los municipios mencionados mediante la instalación en el propio domicilio de unos pequeños negocios (bautizados técnicamente como “nano franquicias sostenibles”), que se definen como un modelo comercial complementario y una fuente de ingresos alternativa para la población beneficiaria.

Estos pequeños negocios tienen una estructura muy simple, poseen una marca distintiva, cuentan con mercado real, responden a procesos estandarizados, tienen un alto potencial de ser replicados y vocación de ser sostenibles en el tiempo.

Tras un proceso de selección en el que fueron evaluadas ciertas competencias, se escogieron a mujeres cabezas de familia, víctimas de la violencia y el desplazamiento forzado, con deseos de tener su propio negocio como plan de vida.
Las 600 mujeres seleccionadas pasaron por una etapa de capacitación y escogieron, de acuerdo con sus inclinaciones, las áreas comerciales en que desarrollarán su actividad empresarial: peluquerías, café internet, salsamentarias, lavanderías, fritos, costuras, quesos, confiterías y helados.

Estas nano franquicias se han ido distribuyendo, estratégicamente, en los seis municipios que participan del proyecto, cuyo costo se calcula en algo más de $4.000 millones. Fenalco estima que el proyecto debe estar concluido en este mes de diciembre.

Estos esfuerzos de emprendimiento hay que entenderlos, en la perspectiva del posible posconflicto, como expresiones aún en miniatura de las grandes tareas que le aguardan al Gobierno Nacional, a las gobernaciones, a las alcaldías y a las entidades gremiales y privadas en materia de generación de empleos.

En esa misma perspectiva, también el viernes el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, junto a un grupo de entidades públicas y privadas, inaugurarán una de las tiendas denominadas Minimarket 2x3, que buscan reparar víctimas con el montaje de 22 unidades en Atlántico, Cesar, Antioquia y Santander.

Cada tienda beneficiará a tres víctimas del conflicto armado. De estas 22 tiendas cuatro quedarán en Barranquilla y Soledad, sumándose así a las cuatro que ya fueron puestas en marcha para personas en proceso de reintegración.
Los proyectos anteriores son ejemplos que deben guiar la acción de las alianzas público-privadas en un escenario en el que la paz, pese a los obstáculos que han ido surgiendo, parece abrirse paso. Aunque no resulte ninguna novedad decirlo, la paz no consiste solo en el abandono de la violencia, sino en lograr la reinserción real en la vida democrática de quienes han empuñado las armas y, sobre todo, en ayudar a las víctimas a superar el desgarramiento sufrido.

Reconforta en ese sentido constatar que se están desarrollando interesantes proyectos centrados en las víctimas, muchas de ellas mujeres humildes a las que el trágico destino ha colocado como cabezas de familia, con la obligación inexorable de salir adelante.