Luego del acuerdo de septiembre del año pasado sobre la reparación parcial de las víctimas, hoy el acuerdo sobre el fin del conflicto supone un nuevo gran paso en las negociaciones que se desarrollan en la Habana, entre el Gobierno Nacional y la cúpula de las Farc.
Ariadna Diazgranados y Evis Alberto Paternina son dos voces del conflicto que confían en que los diálogos de paz generen un antes y un después en la historia del país. Una etapa en la que la violencia no sea la protagonista en la vida de muchos colombianos, que han sufrido en carne propia las consecuencias de la guerra.
Diazgranados cuenta cómo pasó de ser una víctima del campo a una citadina fuerte y solidaria con personas en su misma situación.
Paternina, por su parte, exploca que hizo parte de la Infantería de Marina y narra experiencias del conflicto que lo cambiaron para siempre. También desea la paz, pero crítica que el cese bilateral el fuego realmente se lleve a cabo.
Sus episodios de violencia, en vez de subyugarlos, los hicieron más fuertes.
El Gobierno se ha dado a la tarea de priorizar la reparación de las víctimas que a lo largo de 60 años de guerra ha dejado este grupo armado ilegal.
Algunos de los municipios priorizados están ubicados en los departamentos de Antioquia, Cesar, Chocó, Norte de Santander, Caquetá, Huila, Cauca y Bolívar.
El objetivo es que las comunidades estén reparadas cuando se comience a implementar el posconflicto, ya que, según estimativos oficiales, la reintegración es inviable si las víctimas no están resarcidas cuando comience el proceso de ubicación de sus victimarios, tras la firma de la paz.
'Con los acuerdos, las víctimas esperamos dejarles un mejor país a nuestros hijos'
Hace 19 años Ariadna Diazgranados fue violada por siete guerrilleros de la Farc, en la parcela donde vivía en el departamento de Bolívar. El dolor que su cuerpo sintió le dejó 'una cicatriz en el alma' que nunca se borrará, pero que la hizo 'más fuerte', cuenta a EL HERALDO.
Ayer, cuando se enteró de que el presidente Juan Manuel Santos firmará hoy el acuerdo del fin del conflicto, dijo sentirse 'gozosa porque hace mucho ella y otras víctimas esperaban este momento'.
Mientras su voz se entrecortaba por momentos, durante la conversación telefónica que sostuvo con este medio, sus deseos por el fin de la violencia en el país eran evidentes con la emoción que le producía hablar de los diálogos.
'La mayoría de las guerras se han resuelto derramando sangre, pero creo que Colombia merece resolverlo diferente, porque la hemos vivido mucho tiempo', comenta la mujer, quien hoy tiene tres hijas y se dedica a la cosmetología y la venta de muebles.
A través de la Unidad de Víctimas obtuvo ayuda psicológica y humanitaria.
La mujer del campo se convirtió en una mujer cabeza de hogar, luego de que su esposo muriera.
Afirma que tomó su experiencia y la convirtió en una herramienta de ayuda para otras víctimas del conflicto, porque la mejor cura para el dolor es la compañía y el apoyo.
'La mejor manera de recompensar a todas las víctimas es cumplir todo lo pactado en los diálogos. De la violencia solo queda dolor. Queremos una Colombia diferente para nuestros hijos, nietos. Esperamos entregarles un mejor país, que en el que hemos vivido', concluye Diazgranados.
'Como excombatiente, sé que la mejor guerra es la paz'
Evis Alberto Paternina Barreto, de 46 años, ha llevado el peso de la guerra desde 1989 cuando ingresó a la Infantería de Marina. Primero en sus manos al cargar fusiles y el resto de su vida en sus piernas tras perder la movilidad al ser impactado por un tiro de fusil en un enfrentamiento con el frente 35 de la Farc en Pajonal, San Onofre.
Sufrió una lesión medular que le produjo una paraplejia de por vida.
Este inolvidable episodio, más allá de debilitarlo, lo fortaleció y logró asociar a 31 exintegrantes de la Fuerza Pública de Sucre y Córdoba que como él viven en carne propia las secuelas de la guerra. El sargento viceprimero de la Infantería de Marina fue hasta hace unos meses presidente de la Asociación Guerreros Heridos en Acción; hoy es su secretario.
Su ingreso a la Infantería se dio por 'amor a la Patria' y no niega que también a la 'falta de posibilidades' para llegar a una universidad.
'Como hombre que combatió sé que la mejor guerra es la paz', sin embargo, no confía en el cese bilateral el fuego porque en otras oportunidades se ha hablado de él, pero nunca se ha cumplido y muchos de sus compañeros han muerto. 'Esto del cese es una vil mentira porque el EPL y el ELN nunca han tenido un poder de fuego tan amplio como el de ahora, estaban diezmado. Para nosotros los militares es seguro que estos miembros de la guerrilla han sido reforzados por la Farc' sentencia.
Dice que como víctima directa de la guerra sí desea la paz, pero con mucho más beneficios para los héroes de la Patria y su familia.