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Las secuelas de aquel atentado perpetrado el 28 de enero de 2018 en el CAI ubicado en el barrio Soledad 2000, aún siguen vivos en los habitantes que residen en este sector.

El suceso que dejó un saldo de siete personas heridas, entre las que se encontraban cinco uniformados y dos civiles, no ha podido ser olvidado por sus testigos que actualmente continúan temiendo por la falta de cuerpo policial en la zona.

Álvaro Ortega tiene 41 años de habitar en el barrio, por lo que pudo presenciar el atentando del que asegura 'nunca olvidará'.

El hombre recuerda el temblor que se sintió en su vivienda y el momento en el que la multitud hizo presencia en la calle, a eso de las 4 de la madrugada, para evidenciar los destrozos generados por el ataque perpetrado en contra del CAI.

Ortega aseguró que actualmente la delincuencia en el sector ha aumentado, manifestando a las autoridades la necesidad de un Comando de Atención Inmediata de (CAI )que refuerce la seguridad en el sector.

'Todos necesitamos ese CAI, no vivimos tranquilos', expresó.